tag:blogger.com,1999:blog-14220667864321738842024-03-08T05:21:00.615-08:00EL MISTICISMO Y LA SANTIDAD EN LUDWIG WITTGENSTEINMartín Fragosohttp://www.blogger.com/profile/12503164160147312504noreply@blogger.comBlogger8125tag:blogger.com,1999:blog-1422066786432173884.post-72927210026597654152013-01-03T13:15:00.001-08:002013-01-03T13:24:17.347-08:00<div style="text-align: center;">
<em><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif'; font-size: x-large;">Pensar en el sentido de la vida es orar.</span></em></div>
<div style="text-align: center;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><o:p></o:p></span><em><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif'; font-size: x-large;">Creer en un Dios quiere decir ver que </span></em><br />
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><o:p></o:p></span><em><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif'; font-size: x-large;">con los hechos del mundo no basta.</span></em></div>
<div style="text-align: center;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><o:p></o:p></span><em><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif'; font-size: x-large;">Creer en Dios quiere decir ver que </span></em><br />
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><o:p></o:p></span><em><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif'; font-size: x-large;">la vida tiene un sentido.</span></em></div>
<div style="text-align: center;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><o:p></o:p></span><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><span style="font-size: x-large;">Ludwig Wittgenstein<o:p></o:p></span></span></div>
Martín Fragosohttp://www.blogger.com/profile/12503164160147312504noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1422066786432173884.post-78892083950293725382013-01-03T13:14:00.002-08:002013-01-03T13:14:31.579-08:00Introducción<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">El creyente común habla demasiado acerca de su Dios, pero quienes son tocados por la deidad –los místicos– se percatan de que no es posible hacer tal cosa. Ellos aseguran que nuestro lenguaje es insuficiente para exponer o explicar sus experiencias. Los místicos chocan con los límites del lenguaje. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Ludwig Wittgenstein se interesó en los límites. En su “TractatusLogico-Philosophicus” distinguió entre lo decible y lo indecible, o mejor, entre lo que se puede decir y lo que se puede mostrar; entre el mundo y lo que queda fuera de éste; entre el sentido y el sinsentido. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">En palabras de Wittgenstein, “el libro quiere, pues, trazar un límite al pensar o, más bien, no al pensar sino a la expresión de los pensamientos: porque para trazar un límite al pensar tendríamos que poder pensar ambos lados de este límite (tendríamos en suma, que poder pensar lo que no resulta pensable). Así pues, el límite sólo podrá ser trazado en el lenguaje, y lo que reside más allá del límite será simplemente absurdo”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Wittgenstein manifestaba que ciertas experiencias le hicieron chocar con los límites del lenguaje. ¿Existe alguna conexión entre las aseveraciones de los místicos y las aseveraciones de Wittgenstein? Por otro lado, ¿cómo explicar las decisiones que el filósofo tomó una vez que concluyó la Primera Guerra Mundial? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">El objetivo de este trabajo es mostrar dos afirmaciones:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">1. Que Wittgenstein era un místico, y que su misticismo está presente en su filosofía (al menos en la filosofía que aparece en el “Tractatus”); y 2. que el filósofo buscaría vivir como un santo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Para lograr lo anterior, revisaremos la vida y obra de Wittgenstein desde el momento en que se interesó en la filosofía de las matemáticas (cuando estudiaba aeronáutica) hasta que construyó una casa para su hermana Gretl (una vez que dejó la enseñanza). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Los primeros dos capítulos tratan a grandes rasgos los dos objetivos del trabajo, del tercero en adelante se regresa sobre dichos objetivos desde la perspectiva de diferentes autores y se forma un cuadro más completo acerca de la personalidad y las motivaciones de Wittgenstein. <o:p></o:p></span></div>
Martín Fragosohttp://www.blogger.com/profile/12503164160147312504noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1422066786432173884.post-51092532720213335862013-01-03T13:13:00.003-08:002013-01-03T13:13:51.715-08:001. Misticismo<span style="font-family: Trebuchet MS;">
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">En diciembre de 1919 el filósofo Bertrand Russell, en una carta dirigida a Lady Ottoline, escribió lo siguiente acerca de Wittgenstein: “En su libro había percibido cierto aroma de misticismo, pero me quedé asombrado cuando descubrí que se había convertido en un místico completo. Lee a autores como Kierkegaard y Ángelus Silesius, y considera seriamente la posibilidad de hacerse monje. Todo empezó con <i>Las variedades de la experiencia religiosa</i>, de William James, y fue en aumento (lo que no es de extrañar) durante el invierno que pasó solo en Noruega antes de la guerra, cuando estuvo a punto de volverse loco. Luego, durante la guerra, ocurrió una cosa curiosa. Fue a prestar servicio a la ciudad de Tarnov, en Galitzia, y dio con una librería que, sin embargo, parecía no tener nada más que tarjetas postales. Pero al entrar, halló que sólo había un solo libro: el de Tolstoi sobre los Evangelios. Lo compró sencillamente porque no había otro. Lo leyó y lo volvió a leer, y desde entonces lo llevó siempre consigo, aun bajo el fuego y en todo momento. Pero en general le gusta Tolstoy menos que Dostoievski (especialmente, <i>Los hermanos Karamazov</i>). Ha penetrado profundamente en los modos místicos de pensamiento y sentimiento, pero creo (aunque él no estaría de acuerdo) que lo que más le gusta en el misticismo es su poder de dejar de pensar. No creo que realmente se haga monje; es una idea, no una intención. Su intención es ser maestro. Dio todo su dinero a sus hermanos y hermanas, porque considera que las posesiones terrenales son una carga. Quisiera que le hubieses visto.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Las anteriores palabras mencionan algunos de los temas que se desarrollarán más adelante, por ahora veamos lo que encontró Wittgenstein en Las variedades de la experiencia religiosa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">El campo de William James era la psicología, no la teología ni la antropología. En su mencionado libro explicaba que para un psicólogo “las tendencias religiosas del hombre deben ser como mínimo tan interesantes como cualquiera de los distintos hechos que forman parte de su estructura mental”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">James, al igual que su padre (quien creía en las visiones de Emanuel Swedenborg), era proclive a las especulaciones no ortodoxas. Se enfrentó al problema de conciliar su interés en la ciencia con su interés en el misticismo y el valor que le otorgaba a la fe religiosa. Específicamente se enfrentó al problema de cómo conciliar la libertad y el determinismo biológico (esto último se refiere a la mente vista como un producto de la evolución biológica). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">James estaba interesado en lo que llamaba religión personal, y es que James distinguía entre quienes se comunican con la deidad y quienes solamente siguen una religión. La religión como una doctrina que se sigue poco importaba al psicólogo. ¿Qué era lo que realmente le interesaba estudiar? La religión entendida como “los sentimientos, los actos y las experiencias de hombres particulares en soledad, en la medida en que se ejercitan en mantener una relación con lo que consideran la divinidad (la relación puede ser moral, física o ritual)”. La religión personal, pensaba el psicólogo, es experiencia susceptible de estudio científico, pero no de teología. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Una de las posibles relaciones con la deidad es la llamada revelación, sobre la que escribe: “los líderes religiosos estuvieron sujetos a experiencias psíquicas anormales. Invariablemente fueron presa de una sensibilidad emocional exaltada; frecuentemente también tuvieron una vida interior desacorde y sufrieron de melancolía durante parte de su ministerio. Con frecuencia entraron en éxtasis, oyeron voces, tuvieron visiones o presentaron todo tipo de peculiaridades clasificadas ordinariamente como patológicas. Más aún, fueron todas estas características patológicas de su vida las que contribuyeron a atribuirles autoridad e influencia religiosa”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Ver o escuchar a los dioses es, para la mayor parte de los colegas de James, una experiencia psicopatológica intrascendente. Sobre estas actitudes apuntó que “el materialismo médico parece, en realidad, el apelativo adecuado para el sistema de pensamiento demasiado ingenuo que ahora consideramos. El materialismo médico acaba con San Pablo cuando define su visión en el camino de Damasco, como una lesión del córtex occipital, y a él como un epiléptico; con Santa Teresa como una histérica y San Francisco de Asís como un degenerado congénito... Por ello, el materialismo médico piensa que la autoridad espiritual de estos personajes resulta eficazmente socavada...”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Para James poco importaba la constitución neurótica de quienes tienen estas experiencias, lo importante era el valor de los mensajes: “razonabilidad filosófica y ayuda moral son los únicos criterios válidos”. Explica su punto de vista recurriendo a los genios, quienes han sufrido neuropatologías –consideran algunos psicólogos– y no por ello despreciamos sus obras. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Las “verdades” o las creencias no son válidas o despreciables debido a su origen sino en cuanto a su funcionamiento general. Hemos de estar preparados –remata James– para juzgar la vida religiosa exclusivamente por sus resultados. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Y para ser más convincente, o para dejar más clara su opinión, cita al doctor H. M. Maudsley: “¿Qué derecho tenemos para suponer que la naturaleza tiene la obligación de hacer su trabajo a través de mentes perfectas? Podemos suponer que una mente defectuosa es un instrumento más adecuado para un propósito particular, ya que es el trabajo hecho y la calidad del trabajador que lo hace lo que tiene importancia, y no tendría ninguna, desde el punto de vista cósmico, que fuera particularmente imperfecta en otros aspectos de su carácter, aunque fuese, por ejemplo, hipócrita, adúltero, excéntrico o lunático”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Una vez que deja claro que no rechaza los mensajes místicos por su origen, se pregunta cuál es ese origen, es decir, cuál es la génesis del “sentimiento religioso”. Dice James: “Alguien lo relaciona con el sentimiento de dependencia, otros lo convierten en derivado del miedo, otros lo enlazan con la vida sexual, otros lo identifican con el sentimiento de infinitud, y así sucesivamente”. Para James, la religión personal “tiene la raíz y el centro en los estados de conciencia místicos”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Pero, ¿qué es un estado místico? Para James son cuatro las características que tiene un “estado místico”: <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">1. Inefabilidad. Se refiere a lo difícil o imposible de hablar de ella. “El sujeto del mismo afirma inmediatamente que <strong><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">desafía la expresión</span></strong>, que <strong><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">no puede darse en palabras</span></strong> ninguna información adecuada que explique su contenido. De esto se sigue que su cualidad <strong><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">ha de experimentarse directamente</span></strong>, que <strong><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">no puede comunicarse</span></strong> ni transferirse a los demás... El místico considera que la mayoría de nosotros damos un tratamiento asimismo incorrecto a sus experiencias”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">2. Cualidad de conocimiento. “Son estados de penetración en la verdad insondables para el intelecto discursivo. Son iluminaciones, revelaciones repletas de sentido e importancia, todas inarticuladas pero que permanecen y como norma general comportan una curiosa sensación de autoridad duradera”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">3. Transitoriedad. “No pueden mantenerse durante mucho tiempo”. James habla de unos minutos, no más de 120. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">4. Pasividad. James dice que puede llegarse a esos estados mediante ejercicios de concentración, pero una vez alcanzado cierto punto, la voluntad del místico se somete “como si un poder superior lo arrastrase y dominase”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Después de enumerar estas características, habla sobre las diferentes sustancias que pueden producir estados similares (como el alcohol y el óxido nitroso). Acerca del alcohol menciona que su influencia “sobre la humanidad se debe, sin duda, a su poder de estimular las facultades místicas de la naturaleza humana, normalmente aplastada por los fríos hechos y la crítica seca de las horas sobrias. La sobriedad disminuye, discrimina y dice no; la borrachera expansiona, integra y dice sí. Es de hecho la gran estimuladora de la función del SÍ en el hombre”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">James no era sólo un teórico. También experimentó estados místicos gracias al uso de sustancias.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Qué sucede durante un estado místico (ya sea espontáneo o provocado gracias a la meditación o a alguna sustancia)? La respuesta de William James es que “nuestra conciencia despierta, normal, la que llamamos racional, sólo es un tipo particular de conciencia, mientras que por encima de ella, separada por una pantalla transparente, existen formas potenciales de conciencia completamente diferentes. Podemos pasar por la vida sin sospechar de su existencia, pero si aplicamos el estímulo requerido, con un simple toque, aparecen en toda su plenitud tipos de mentalidad determinados que probablemente tienen en algún lugar su campo de aplicación y de adaptación. Ninguna explicación del universo en su totalidad puede ser definitiva si descuida otras formas de conciencia”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Pero ¿es verdad esto? ¿Es verdad que una experiencia mística expande la conciencia? ¿Es cierto que podemos activar otras formas de conciencia mediante el uso de ciertas sustancias? Contestar estas preguntas o especular sobre esto no es el objetivo de este trabajo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Los mismos místicos tratan de diferenciar su experiencia de un estado alucinatorio. Santa Teresa escribe que “una genuina visión celestial produce un conjunto de inefable riqueza espiritual y una renovación admirable de la fuerza corporal. He alegado estas razones a aquellos que frecuentemente han acusado mis visiones de ser el trabajo del enemigo del hombre y la diversión de mi imaginación...”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Para James estas experiencias provienen de Dios. Pero hacernos preguntas acerca de Él no tiene importancia, “es irrelevante”. “No es a Dios a quien encontramos en el análisis último del fin de la religión, sino la vida, mayor cantidad de vida, una vida más larga, más rica, más satisfactoria. El amor a la vida, en cualquiera y en cada uno de sus niveles de desarrollo, es el impulso religioso”. James propone que hay “otros mundos” y que podemos percibirlos mediante “la continuación subconsciente de nuestra vida consciente”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Sobre el dios de los místicos dice: “El objeto del culto trascendentalista no es una deidad in concreto, ni siquiera una persona sobrehumana, sino la divinidad inmanente de las cosas, la estructura esencialmente espiritual del universo”. Más adelante afirma: “debemos interpretar el término divinidad en muy amplio sentido, denotando cualquier objeto que posea cualidades divinas, se trate de una deidad concreta o no (…) La divinidad, para nosotros, significará aquella realidad primaria a la que el individuo se siente impulsado a responder solemne y gravemente, y no con un juramento o una broma”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">William James era un psicólogo superficial, pero un buen filósofo. Tal era la opinión de Wittgenstein. Leyó con interés el libro de James por dos razones:<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>porque se sentía atraído por las experiencias místicas y porque en éste encontró alivio a ciertas sensaciones o emociones. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Por qué se interesó en leer acerca del misticismo? Porque él mismo tuvo este tipo de experiencias.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">“Los que firman con una cruz” es una obra de teatro a la que asistió Wittgenstein a los 21 años. El escritor Ludwig Anzengruber deseaba educar a las masas mediante sus obras, y muchas de ellas criticaban a la Iglesia. El protagonista de “Los que firman con una cruz” es un personaje llamado “Juan el picapedrero”, un filósofo, un hereje. Éste es abandonado por sus vecinos durante una enfermedad y entonces recibe una revelación: “Tú formas parte del todo, y el todo forma parte de ti. ¡No puede ocurrirte nada!”. Wittgenstein participó de esta revelación, y sería incorrecto pensar que se trató de una experiencia poco importante: “Ella me empujó a chocar con los límites del lenguaje, de igual modo que ha llevado a chocar con ellos, según creo, a todas aquellas personas que alguna vez han intentado hablar o escribir sobre ética o religión. Este chocar con los límites de nuestra jaula es una empresa que no tiene ningún porvenir”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Se trata de una experiencia mística. James había explicado que en este tipo de experiencias “el sujeto del mismo afirma inmediatamente que desafía la expresión, que no puede darse en palabras ninguna información adecuada que explique su contenido. De esto se sigue que su cualidad ha de experimentarse directamente, que no puede comunicarse ni transferirse a los demás”, y es esto precisamente lo que dice Wittgenstein de su vivencia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Sobre la trascendencia de esta revelación, Wilhelm Baum, en su introducción a los “Diarios Secretos” escribe: “El joven estudiante superó gracias a esta vivencia la crisis que lo había llevado al borde del suicidio. Lo hizo madurar y adoptar una actitud tal, que los millones de su padre le resultaban indiferentes. A partir de ese momento apenas le interesarían las cosas del mundo; había nacido el filósofo”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Vimos al inicio de este apartado que Russell se percató del misticismo en Wittgenstein: “En la época anterior a 1914 se ocupaba casi exclusivamente de la lógica. Durante la Primera Guerra, o quizá inmediatamente antes, cambió su perspectiva y se convirtió más o menos en un místico como puede apreciarse aquí y allí en el ‘Tractatus...’”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Y a qué tipo de alivio nos referíamos líneas atrás?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Vicente SanfélixVidarte apunta que en Las variedades pueden encontrarse muchos testimonios con los que James trata de ilustrar y respaldar sus tesis. Sanfélix aventura que Wittgenstein encontró un gran alivio en todos esos testimonios, pues reconoció su caso en el de otros.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Wittgenstein, sobre Las variedades, le escribió a Bertrand Russell (22 de junio de 1912): “Este libro me hace muchísimo bien. No quiero decir que pronto seré un santo, pero no estoy seguro de que no me mejore un poco en un aspecto en el que quisiera mejorar <i>mucho</i>: a saber, creo que me ayuda a liberarme de la <i>Sorge</i> (en el sentido en que usó Goethe la palabra en la 2ª parte de <i>Fausto</i>).”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Al respecto Sanfélix explica: <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoBodyText" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<i><span lang="ES">En efecto, en el acto V de la II parte del Fausto, con la muerte ya en el horizonte, comparecen sus cuatro encanecidas hermanas Escasez, Culpa, Necesidad e Inquietud (Sorge). De las cuatro, sólo esta última consigue colarse en la morada del rico Fausto, quien, según su propia confesión, hasta ese momento sólo se ha dedicado a correr por el mundo “agarrando el placer por los cabellos”, dejando “estar lo que no me satisfizo”, no haciendo otra cosa “más que anhelar y realizar, y otra vez desear”, y teniendo por loco a “quien mira allá, parpadeante, e inventa algo como él sobre las nubes”, desprecia la eternidad y se limita a seguir “el día terrenal”. Pues bien, he aquí el discurso que Sorge le dirige: <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">A quien poseo yo por una vez<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">no le sirve de nada el mundo entero;<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">a cubrirle desciende eterna sombra,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">pero el sol no se pone ante sus ojos, <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">en su mente, perfecta exteriormente<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">habitan las tinieblas interiores, <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">y no sabe tomar la propiedad<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">de todos los tesoros de la tierra.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">La dicha y la desdicha le enloquecen;<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">se muere de hambre en medio del exceso,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">y lo mismo delicia que tormento,<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">para el día siguiente va aplazándolo;<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">sólo tiene presente el porvenir<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">y así jamás consigue terminar.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Es comprensible que el joven y rico Wittgenstein, dedicado él también a “agarrar el placer por los cabellos”, reiteradamente tentado por la idea del suicidio, obsesionado por la inmanencia de la muerte y asaltado por la idea de que su vida podría carecer de valor –al fin y al cabo, a la altura de 1912 Wittgenstein sólo era un ingeniero frustrado y una especie de filósofo amateur- pudiera identificarse con el héroe de Goethe y sentirse, como Fausto, interpelado por una Sorge que el libro de James le ayudaba a aliviar proponiéndole un ideal que, aunque inalcanzable, le permitía mejorar: la santidad.</span></i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">James distingue entre dos mentalidades: la sana y la enferma. ¿Qué las distingue?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">La mente sana sería aquella que “presenta una incapacidad constitucional para el sufrimiento prolongado”, una mente sana tiende al optimismo, la religión que resulta de este tipo de mentalidad busca el bien, el bien –incluso en esta vida- es lo que todo ser racional debe intentar alcanzar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Por otro lado, el alma enferma tiene presente la seguridad de la muerte y la posibilidad de enfrentarse a la enfermedad y a la pérdida de los bienes. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">James da ejemplos de mentalidad o alma enferma, uno de ellos es el caso de Tolstoi –sobre el que volveremos más adelante-. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Sanfélix agrega: “para James, en la genialidad se dan la mano inteligencia y psicopatía, y las experiencias religiosas más geniales, las más valiosas, exigen una mentalidad mórbida, anhedonista, un pesimismo general y exacerbado, patológico; en suma: una melancolía que puede ejemplificarse en la sensación de pérdida del sentido del mundo, de autodesprecio, o de terror a volverse loco.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Sánfelix cree que en Wittgenstein pueden encontrarse todos y cada uno de los síntomas de la melancolía descrita por James. El filósofo experimentó el terror a la locura y la angustia del pecado, de igual forma, sintió que el mundo carecía de todo valor. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Wittgenstein se preguntaba acerca de su genialidad y del valor de su trabajo, de ahí que Sanfélix considere que la melancolía del filósofo se relacionara con la vanidad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Wittgenstein, debido a su vanidad, se sentía miserable a los ojos de Dios. Se trataba de una experiencia de elevado sufrimiento espiritual. La religión le ofrecía la oportunidad de destruir esa vanidad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Por otro lado, el pesimismo del alma enferma no tiene su origen en la observación del mundo (de la realidad) sino de una entrega a la melancolía patológica. Y esta entrega, para ser religiosa, debe dejar un lugar para la esperanza de un renacimiento. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Esa esperanza la encontró Wittgenstein en la vivencia que tuvo durante la representación de la obra Los que firman con una cruz, y que vimos líneas atrás. En el libro de James confirmó ese sentimiento esperanzador, encontró un ideal: la santidad. Y este ideal se vio reforzado por otra experiencia: su participación como soldado en la Primera Guerra Mundial.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
</span>Martín Fragosohttp://www.blogger.com/profile/12503164160147312504noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1422066786432173884.post-80251464131456061652013-01-03T13:12:00.000-08:002013-01-03T15:20:24.082-08:002. Santidad<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">“Pues hay eunucos que lo son de nacimiento,</span></i><o:p></o:p></span>
<i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">otros que lo son por obra de los hombres</span></i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><o:p></o:p></span>
<i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">y otros que se han hecho eunucos a sí mismos</span></i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><o:p></o:p></span>
<i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">por el reino de los cielos; quien pueda llegar</span></i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><o:p></o:p></span>
<i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">tan lejos que lo haga”.</span></i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><o:p></o:p></span>
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"> </span><br />
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Mateo 19:12<o:p></o:p></span>
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"></span><br />
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><br /><i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">“Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja,</span></i><o:p></o:p></span>
<i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">que el rico entrar en el reino de Dios”.</span></i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><o:p></o:p></span>
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"> </span><br />
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Marcos 10:25<o:p></o:p></span>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br />
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿En qué consiste la santidad?, ¿cómo debemos entenderla? ¿Cómo vive un santo cristiano?, ¿cuáles son sus valores y aspiraciones? Más importante aún: ¿cómo entendpia Wittgenstein la santidad?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">William James también escribió sobre la santidad en Las variedades. Sanfélix escribe sobre ésta: “la santidad significa un rechazo del egoísmo, una sensibilidad expansiva, alegre, afirmativa, y una rendición de la propia voluntad a lo que se considera la voluntad superior de Dios. A su vez, estas características del carácter santo conllevan toda una serie de consecuencias prácticas, como el ascetismo, la fortaleza del alma, la pureza, la caridad; y en la tradición de la Iglesia cristiana, la obediencia, la pobreza, la castidad...” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Sanfélix asegura que a partir de 1913 Wittgenstein comenzó a orientar su vida movido por el ideal de santidad: “Los <i>diarios secretos</i> de la guerra, por ejemplo, testimonian constantemente los esfuerzos de Wittgenstein para hacer del espíritu el destinatario de toda su energía personal, para rendir su voluntad a lo que el destino –la voluntad de Dios- le quiera deparar, para obedecer sin más, en definitiva, para lograr esa exultación que el santo es capaz de encontrar en la vida a pesar de sus adversidades.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Wittgenstein trató de ser un santo al estilo cristiano e incluso llegó a pensar en hacerse monje (vimos que Russell se refirió a esto), además solía retirarse a una cabaña de su propiedad. Por sus experiencias místicas y su acercamiento a los evangelios en un momento crucial en su vida (su participación como soldado en la Primera Guerra Mundial), Wittgenstein entendió que la santidad consistía en renunciar a los lujos y a la carne, pues “Dios es lo único que necesita el hombre”; y vivir en concordancia con la voluntad ajena de la que creía depender, es decir, vivir una vida “grata a Dios”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Así pues, Wittgenstein decidió hacer votos de castidad y de pobreza. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">La muerte y sus enigmas</span></b><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Mencionamos ya que durante su participación como soldado durante la guerra Wittgenstein leyó un libro escrito por Tolstoi. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Cómo influyó el escritor ruso en Wittgenstein? Para entenderlo debemos examinar la forma en que Tolstoi se convirtió al cristianismo. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">En “Mi confesión”, León Tolstoi (1828-1910) menciona el ataque de melancolía que le condujo a sus conclusiones religiosas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">A Tolstoi se le educó en la fe cristiana ortodoxa, sin embargo, explica que al llegar a los dieciocho años nada quedaba de esas enseñanzas, en realidad nunca había sido un creyente.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">A los once años llegó a una conclusión: que era preciso estudiar el catecismo e ir a misa, pero que no hacía falta tomárselo demasiado en serio. A esa edad se burlaba de aquellos que se decían creyentes.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">El escritor ruso, antes de su trascendente experiencia (su conversión), se daba cuenta de que entre quienes se decían creyentes podía haber personas crueles, inmorales o estúpidas, y entre los no creyentes podía haber personas con valores como inteligencia, franqueza, honradez, bondad y moralidad. Entonces resultaba imposible, juzgando solamente por sus actos, saber si una persona era o no creyente. Había una separación entre acciones y fe, en sus palabras:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">“La fe no participa en la vida, no regula en modo alguno nuestras relaciones con los demás ni es preciso que la confirmemos en nuestra propia vida; la fe se profesa en algún lugar lejos de la vida e independientemente de ella. Si nos topamos con la fe, será sólo como un fenómeno externo, no ligado a la vida.” </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Una vez que Tolstoi se convierte en creyente le resulta absurdo que la fe no se manifieste en los actos, así, decía que “Por la vida de una persona, por sus actos, hoy igual que ayer, es imposible saber si es creyente o no.”</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Era Tolstoi ateo antes de su conversión? No. Su postura era la siguiente: “A los dieciséis años abandoné la oración y por iniciativa propia dejé de acudir a la iglesia y de ayunar. Ya no creía en lo que me habían transmitido en la infancia; creía en algo pero no podía decir en qué. Creía en Dios o, más bien, no negaba a Dios, pero no podía decir qué clase de Dios era ése. No negaba a Cristo ni a sus enseñanzas, pero tampoco podía decir en qué consistían esas enseñanzas.” </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Qué motivaba a Tolstoi en su vida? Su deseo de superar a sus semejantes, es decir, “ser más fuerte que los otros, es decir, más célebre, más importante, más rico.” </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Entonces el escritor se encontró con la siguiente circunstancia: quienes le rodeaban se burlaban de quienes manifestaban el deseo de ser moralmente buenos, y -en cambio- se elogiaba y alentaba a quien se entregaba a las viles pasiones: “La ambición, el ansia de poder, la codicia, la lascivia, el orgullo, la ira, la venganza; todo eso era respetado.” </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Tolstoi notó que cuando se mostraba entregado a las que llamaba viles pasiones, la gente lo aprobaba. Y estas mismas viles pasiones eran la base de su trabajo como escritor: “comencé a escribir por vanidad, codicia y orgullo.” Su receta como escritor era “disimular el bien y exhibir el mal.” </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">A los 26 años comenzó a tratar a otros escritores, al principio sucumbió a este ambiente, pero después de un tiempo se percataría de que los escritores “eran personas inmorales, la mayoría de carácter malo y ruin (...) Esa gente terminó por repugnarme...” A pesar de esas conclusiones, continuó en este ambiente, Tolstoi se volvió enfermizamente orgulloso, su objetivo –al igual que el de los otros escritores que trataba- era obtener mucho dinero y muchas alabanzas. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">A lo largo de los siguientes años a Tolstoi se le venían a la mente preguntas sobre el sentido de la vida, pero las ignoraba pensando que cuando tuviera tiempo resolvería todas sus dudas. Pero estas preguntas comenzaron a atormentarlo: “Comprendí que no era un malestar fortuito, sino algo muy serio, y que si se repetían siempre las mismas preguntas era porque había necesidad de contestarlas. Y eso traté de hacer. Las preguntas parecían tan estúpidas, tan simples, tan pueriles... Pero en cuanto me enfrenté a ellas y traté de responderlas, me convencí al instante, en primer lugar, de que no eran cuestiones pueriles ni estúpidas, sino las más importantes y profundas de la vida y, en segundo, que por mucho que me empeñara no lograría responderlas.” </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">La pregunta que debía responderse era: ¿y después qué? Podía tener riquezas, fama, etc., pero... ¿y después qué? “Y no podía responder nada, nada.” </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Así, llegó a sentir que su vida era un absurdo. La idea del suicidio le pasaba por la mente.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Sobre esto, William James dice: “Se trata de un caso claro de anhedonía, de pérdida pasiva de la apetencia por cualquiera de los valores de la vida... En el caso de Tolstoi, la sensación de que la vida poseía algún significado desapareció por completo durante largo tiempo. Tolstoi explica que cuando contaba unos 50 años comenzó a padecer momentos de perplejidad, a los que llamó de suspensión, en los que se sentía como si no supiese ‘cómo vivir’ o ‘qué hacer’... La vida, antes fascinante, era ahora sobria, y más que sobria muerta; aquello que siempre había mostrado un significado evidente, no tenía ahora ninguno y comenzaron a asediarle las preguntas: ¿por qué?, ¿y ahora qué?”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Tolstoi escribió: “Sentía que algo dentro de mí, donde había reposado siempre mi vida, se había roto; que no me quedaba nada a donde agarrarme, y que moralmente mi vida se había detenido. Una fuerza invisible me impelía a desligarme de mi existencia de alguna manera; no puede decirse exactamente que deseara suicidarme porque la fuerza que me alejaba de la vida era más grande, más poderosa y general que cualquier simple deseo. Era una fuerza parecida a la vieja aspiración de vivir, pero que me impelía en dirección contraria (…) Imaginad un hombre feliz y lleno de salud escondiendo la cuerda para no colgarse en la viga de la habitación donde cada noche duerme solo. Imaginadme no yendo a cazar más por miedo de rendirme a la fácil tentación de matarme con la pistola”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Tolstoi sentía todo esto en un período de su vida en el que debería haber sido completamente feliz (la crisis del escritor comenzó en 1875 y se hizo mucho más intensa hacia 1877): no estaba enfermo, amaba a su esposa, ella le correspondía, sus demás relaciones familiares eran armoniosas, económicamente estaba bien, era famoso, ya era considerado uno de los más grandes literatos, era capaz de escribir hasta ocho horas diarias. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">A pesar de lo anterior, su vida carecía de sentido: “no podía dar ningún significado razonable a acción alguna de mi vida (…) El hombre sólo puede vivir mientras está intoxicado, embriagado de vida; sin embargo, cuando vuelve a estar sobrio no puede dejar de ver cómo todo consiste en una estúpida estafa (…) ¿Cuál será el resultado de lo que haga hoy?, ¿y de lo que haré mañana? ¿Cuál será el resultado de toda mi vida? ¿Por qué debo hacer nada? ¿Hay algún otro objetivo en la vida que la muerte inevitable que me espera no anule o desmienta?... Sin una respuesta es imposible, como bien he experimentado, que la vida pueda continuar”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">El estado de Tolstoi resultaba incomprensible para quienes le rodeaban, su esposa Sonia le escribió: “Cuando pienso en ti (cosa que me sucede en todos los instantes), mi corazón sufre, porque das la impresión de ser desgraciado. Siento tanta lástima por ti y, al mismo tiempo, tanta estupefacción: ¿por qué, por qué razón? Alrededor de nosotros, todo es tan bueno, tan feliz... Si te place, esfuérzate en ser feliz y alegre.” Ella misma usó el término “muerte moral” para referirse al estado de su esposo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Tolstoi cuenta que buscaba la manera de salir de tal estado, pero no lograba su objetivo, y escribió “que aquello que nos conduce a la desesperación y al absurdo sinsentido de la vida es el único conocimiento incuestionable accesible al hombre”. Para apoyar esta conclusión cita a Buda, a Salomón y Schopenhauer. Durante todo este tiempo, Tolstoi reconoce que una parte de su corazón tenía “sed de Dios”. Habla de su corazón debido a que era algo que no provenía de sus razonamientos.<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Hay una frase del propio Tolstoi que resume a la perfección su estado: “<b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Mi vida es una broma estúpida y cruel que alguien me ha gastado.</span></b>” </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">La muerte se le presentó como un terrible enigma. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Frente a la muerte, frente al inevitable fin... ¿qué sentido tiene cualquier cosa que se haga? Moriré, morirá mi familia, morirán mis seres queridos... La conciencia de la muerte le hizo ver que “todo es un engaño, ¡un engaño estúpido! (...) La pregunta es: ‘¿Qué resultará de lo que hoy haga? ¿De lo que haga mañana? ¿Qué resultará de toda mi vida?’ Expresada de otra forma, la pregunta sería la siguiente: ‘¿Para qué vivir, para qué desear, para qué hacer algo?’. O formulada todavía de otro modo: ‘¿Hay algún sentido en mi vida que no será destruido por la inevitable muerte que me espera?’” </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Narra Tolstoi que comenzó a buscar una respuesta en las ciencias y en la filosofía. No la encontró. Cita largamente el Eclesiastés. También cita las palabras de Schopenhauer. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Y al no encontrar respuestas ni en las ciencias ni en la filosofía, ¿dónde decide buscar? En las personas. ¿Cómo enfrentan sus semejantes estas cuestiones? ¿Cómo responden las personas que le rodean a la cuestión del sentido de la vida frente a la muerte? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Se percató de que la gente de su clase social enfrenta estas preguntas de cuatro formas: algunos no comprenden que la muerte es un dilema, otros lo saben pero no piensan en el futuro y se dedican a aprovechar la vida, otros más se suicidan, algunos más deciden continuar viviendo aun estando concientes de lo absurdo de la vida. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Decidió entonces buscar el sentido de la vida no entre los hombres que buscan matarse “sino entre esos miles de millones de personas que han vivido y viven todavía, que crean la vida y llevan sobre sí el peso de su existencia y de la nuestra.” Tolstoi se percató de que la gente sencilla, analfabeta y pobre encuentra el sentido de la vida en lo que las personas de su clase desprecian: la fe. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Sobre la fe escribió:<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“Desde que la humanidad existe, allá donde ha habido vida, también hubo fe que hizo posible vivirla. La fe constituye el sentido de la vida, el sentido por virtud del cual el hombre no se autodestruye, sino que continúa viviendo. Si el hombre no creyese que hemos de vivir por algo, no viviría. La idea de un Dios infinito, la de la divinidad del alma, la de la unión de las acciones del hombre con Dios, son ideas elaboradas en las ilimitadas profundidades secretas del pensamiento humano. Hay ideas sin las que no habría vida, sin ellas yo mismo no viviría. Comencé a ver que no tenía derecho a confiar en mi razonamiento individual omitiendo las respuestas que proporcionaba la fe, ya que son las únicas respuestas para la cuestión”. <o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Conversión<o:p></o:p></span></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">De 1877 a 1879 se convirtió en un practicante ejemplar. Daniel Gillès, en la biografía de Tolstoi, escribe: “Rezaba cada día sus oraciones, se levantaba frecuentemente al amanecer para asistir a misa, no faltaba nunca al oficio del domingo, se confesaba y comulgaba, hacía vigilia los miércoles y los viernes.” </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Sonia se alegró de este volcarse a la religión de su marido, pues pensaba que gracias a la fe Tolstoi encontraría alivió a su muerte moral.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">El escritor ruso, una vez que supero su estado de anhedonía, decidió cambiar su hasta entonces equivocada manera de vivir. Decidió trabajar para satisfacer las necesidades materiales, solucionar necesidades comunes, abjurar de mentiras y vanidades, ser simple, creer en Dios. En esto consiste la felicidad: “Conocer a Dios y vivir es la misma cosa. Dios es lo que es la vida. Bien, así pues, ¡vive, busca a un Dios, no habrá vida sin Él!”. Estos pensamientos entraron de súbito, como una revelación: “(así) como la fuerza de la vida había sido anulada en mí... así también la energía de la vida volvió”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Puede afirmarse que Tolstoi se convirtió al cristianismo. Pero hizo una particular interpretación de los Evangelios. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Con la filosofía no basta, es imposible vivir sin religión, pero no puedo creer. Esa era la postura de Tolstoi. ¿Entonces puede hablarse de una conversión?<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Al escritor se le presentó el conflicto de cómo conciliar la fe con la razón. A pesar de que se le presentaba como un problema difícil, consideraba que la razón llevaba al desprecio de la vida, mientras que la fe llevaba a encontrar el sentido de la existencia. “La fe es la fuerza de la vida”, escribió. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Tolstoi interpreta el cristianismo. ¿Qué significa esto? Que el escritor ruso no cree en los aspectos sobrenaturales de los evangelios, lo que hace es encontrar el mensaje moral que hay en esos textos. En Confesión expone cómo, al participar en los rituales religiosos, le causaban un gran conflicto las afirmaciones sobrenaturales. Escribió que si la resurrección había sucedido o no carecía de importancia, lo importante era responder a las preguntas "¿cómo debo vivir?", "¿qué debo hacer?"</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Si tanto conflicto le causaban dichas afirmaciones (como la resurrección de Cristo) ¿por qué acudía a los rituales? Gillès escribe: “Sin duda, porque, en su espantosa angustia moral, Tolstoi estaba cansado de estar solo y quería sentir en torno suyo a la gran familia de los creyentes; porque se aterraba de la nada sobre la que se abría su incredulidad; en fin, porque tenía nostalgia de la fe y creía que ésta no puede, en definitiva, encontrarse de nuevo más que si la practica. Quizás esperaba también que aplicando el ‘embrutécete’ de Pascal, a quien leía por esta época, llegaría a fuerza de humildad, a vencer sus dudas. Tolstoi, además, había quedado vivamente impresionado por la fe, a menudo grosera, pero muy sincera y profunda, que animaba al pueblo ruso, y, por esta época, se mezclaba a él con frecuencia, con la esperanza de comprender mejor y de compartir sus impulsos. Quería aproximarse a los simples, quienes –cosa que él creía desde hacía mucho tiempo- conocen mejor las verdades profundas y esenciales que los filósofos y los sabios, y en todo caso saben aceptar, con una conmovedora serenidad, las miserias, la enfermedad y la muerte misma.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">La ruptura con la Iglesia ortodoxa muestra claramente el conflicto que vivía Tolstoi, escribe Gillès: “Después de largos debates interiores, se decidió por la ruptura una mañana en que acababa de comulgar. Por lo general, se sometía gustosamente ese rito, que consideraba como un signo de aceptación total de la doctrina de Cristo, e incluso se sentía feliz al humillarse ante un simple sacerdote y unirse así a la gran familia de los creyentes. Pero esta vez se sintió escandalizado, irritado, por las palabras del oficiante proclamando que se trataba del ‘verdadero Cuerpo y de la verdadera Sangre de Jesucristo’, palabras que el ritual le obligaba a repetir; desconcertado, comprendió en seguida que había comulgado por última vez. Poco después renunciaba igualmente a las demás prácticas religiosas.” <o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Durante 1877 Tolstoi acudió a la carretera que servía de camino a los peregrinos para encontrarse con ellos. Los peregrinos se sentaban con Tolstoi al borde de la carretera y platicaban largamente. Aquellos hombres humildes caminaban por semanas (por ello es que por lo general tenían los pies ensangrentados) y se alimentaban gracias a la caridad de los campesinos. Tolstoi llevaba un cuaderno en el que anotaba “los dichos sabrosos, las palabras coloristas, los proverbios y adagios desconocidos de los que se servían frecuentemente estos analfabetos.”<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Para Tolstoi lo importante eran el mensaje moral y la forma de vivir, no las creencias sobrenaturales. De ahí que llegue a la conclusión de que no encontraba el sentido de la vida porque vivía mal, cometía malas acciones. <o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Tolstoi encuentra a Dios, piensa que debe cambiar su forma de vida: “La misión del hombre en la vida es salvar su alma. Para salvar su alma es preciso que viva según la voluntad de Dios, y para vivir según la voluntad de Dios es necesario renunciar a todos los placeres sensuales de la vida, trabajar, sufrir, ser humilde y misericordioso.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Como explicaba líneas atrás a Tolstoi se le presentó el problema de cómo conciliar fe y razón, cómo conciliar los supuestos hechos sobrenaturales con la razón, de forma más general, se le presenta el problema de reconocer entre la verdad y la mentira. Así termina Confesión, afirmando que emprenderá la tarea de separar la verdad de la mentira.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<h3 style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Trebuchet MS; font-size: small;">El cristianismo tolstoiano</span></span></h3>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Tolstoi tomó seriamente el estudio de los Evangelios. Trabajó simultáneamente en cuatro obras: “Confesiones”, “Crítica de la teología dogmática”, “Concordancia y traducción de los cuatro Evangelios” y “¿Cuál es mi fe?” En estas obras explicaba Tolstoi la evolución de sus pensamientos, cómo, partiendo del agnosticismo, había llegado a una interpretación personal de las enseñanzas de Cristo. El escritor llegó a convencerse de que la Iglesia había traicionado el mensaje de los evangelios: “Desde el siglo II, la Iglesia no es más que mentiras, engaños, imposturas.” En 1893 publica su ensayo “El reino de Dios está entre nosotros”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Ya hemos mencionado el contenido de Confesiones, Gillès afirma que se trata de una especie de “testimonio contra sí mismo” y que al estar escrito desde su nueva perspectiva religiosa contiene errores y exageraciones que su Diario ayuda a corregir. Pero ¿puede un hombre ser objetivo al mirar su vida, sus pensamientos y emociones? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">En la Crítica de la teología dogmática, Tolstoi ataca las enseñanzas de la Iglesia ortodoxa. Considera supersticiones estúpidas la Trinidad, los demonios, los ángeles, la creación del mundo en seis días, la salvación y la condenación eternas. Afirma que los dogmas que van contra la razón son blasfemias contra el Espíritu Santo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Concordancia y traducción de los cuatro Evangelios es su versión de la doctrina de Cristo. Los Evangelios no son una revelación divina, tampoco hechos históricos. Son una explicación del sentido de la vida, una moral. Los milagros de Jesucristo son interpretados por Tolstoi. Así, la multiplicación de los peces y de los panes la interpreta como una invitación a compartir los alimentos, cuando un ciego de forma milagrosa recupera la vista Tolstoi escribe que se trató de una iluminación espiritual. Para el escritor ruso Jesucristo tuvo un diálogo socrático consigo mismo en el desierto, de forma que las tentaciones que se le presentaron no eran promesas del demonio. El mismo Tolstoi reconoció que en ocasiones su interpretación podía parecer demasiado forzada.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Así, Tolstoi no creía en la divinidad de Cristo. El escritor ruso consideraba que la afirmación de la divinidad de Jesucristo no hacía sino distraer la atención de lo importante: el mensaje moral.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Escribe Gillès: “El mensaje de Cristo no consiste en la salvación por la gracia o en el establecimiento de una Iglesia, sino en enseñarles a los hombres cómo deben vivir.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Por otro lado denunciaba que la Iglesia le atribuía falsamente enseñanzas a Jesucristo, Tolstoi concluyó que Cristo jamás dijo que salvaría a la raza humana, nunca habló de la Trinidad o de la forma en que debía llevarse a cabo el ritual de la comunión.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">De igual forma consideraba que creer en la divinidad de Jesucristo impedía la unión de todos los hombres: “Si Jesús no es Dios sino un gran hombre, su enseñanza no puede dar lugar a tantas sectas. La enseñanza de un gran hombre es grande sólo porque expresa de forma comprensible y clara lo que otros expresaron confusa e incomprensivamente (...) Buscaba respuesta para la pregunta de la vida y no para las preguntas teológicas e históricas; y por eso me daba igual si Jesucristo era Dios o no lo era, de quién procedía el espíritu santo, etcétera.”<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">En el prólogo de su interpretación de los Evangelios afirma: “Leyendo mi versión el lector se convencerá de que el cristianismo no sólo no es una mezcla de lo elevado y lo bajo, no sólo no es una superstición, sino que es la enseñanza metafísica y ética más rigurosa, pura y completa, que hasta ahora no ha sido superada por la razón del hombre y alrededor del cual, sin ser conciente de ello, gira toda actividad humana superior.” Con este trabajo Tolstoi deseaba encontrar lo verdaderamente valioso de los Evangelios, se comparaba con un hombre que habiendo recibido un saco hediondo de suciedad encuentra que dentro hay perlas preciosas, ahora el trabajo es encontrarlas y limpiarlas. En otra parte se compara con un hombre que se dedica a reparar una estatua rota, al principio no está seguro del lugar en el que debe colocar una pieza, pero conforme avanza en su labor, sus dudas van apagándose.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En resumen: para Tolstoi los Evangelios no son una revelación divina ni cuentan hechos históricos, son una obra que da sentido a la vida. Explica que llegó al cristianismo no por sus investigaciones teológicas o históricas sino por las preguntas que se hizo sobre el propósito de la vida. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Cuál es mi fe? es una exposición de la verdadera moral cristiana: “No te encolerices, sino vive en paz con todos los hombres. No te abandones a relaciones sexuales ilícitas. No prestes juramento. No resistas al mal con la violencia. No seas enemigo de nadie. Ama a Dios y a tu prójimo como a ti mismo.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Sobre los anteriores preceptos Gillès anota: “Tlostoi pasará los años que le quedan de vida tratando de explicar, de vivir y de hacer que las gentes admitan estos pocos principios, muy simples y que, aunque pueda uno asombrarse un poco, le ha costado tanto trabajo y tantos sufrimientos redescubrir. Lo hará siempre con una sinceridad muy grande, a menudo con exageración o con una especie de ingenuidad muy simplista. Pero todavía no se imagina que, al definir su moral, acaba de fundar, porque sus preocupaciones responden a las de millares de sus contemporáneos, una nueva religión: el ‘tolstoísmo’.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Qué tesis defiende en El reino de Dios? Que el reino de Dios en la Tierra será una realidad cuando todos los seres humanos vivan según los principios de Cristo. Aparece también su idea de la “no violencia opuesta al mal”, cito nuevamente al biógrafo de Tolstoi: “Todos los males de que sufre la Humanidad nacen, directa o indirectamente, de la violencia, ejercida por gobiernos corrompidos y sostenidos activamente por Iglesias seudocristianas. El gran principio que hay que oponer a la violencia es, y esto puede parecer paradójico a primera vista, el de la no resistencia al mal mediante la violencia.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Y aunque Sonia pensó que su amado Tolstoi encontraría la felicidad en la fe, no tardaron en aparecer los problemas. Éstos fueron causados por los nuevos ideales del escritor. Al aspirar al perfeccionamiento moral, es decir, a la santidad, Tolstoi renunció a los “placeres viciosos”: la caza, el alcohol y el tabaco. De igual forma dejó de comer carne y pan blanco, la castidad fue otro de sus valores (no alcanzado). Pero lo que causó conflictos muy serios en aquel matrimonio fueron los votos de pobreza.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">A partir de 1881 Tolstoi comenzó a preocuparse por la miseria. En 1882 participó en la elaboración del censo de la población de Moscú y eligió el barrio más pobre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Así, llegó a sentirse incómodo en su propia casa, consideraba que su esposa e hijos llevaban una vida de castillo, despreocupada y fácil, que se dejaban llevar por un torbellino de fiestas mundanas. Vecinos, familiares y amigos sólo pensaban en divertirse. Escribió: “mi verdadero ‘yo’ es despreciado por todos los que me rodean.” El ocio y el lujo le comenzaron a irritar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">En cierto momento se sintió un parásito que vive de los pobres y decidió hacerse zapatero. Gillès dice: “Tolstoi, que no parecía darse cuenta de la paradoja que era profesar semejante teoría siendo él el dueño del lugar –de aquella gran casa confortable por la que circulaban lacayos de librea-, les explicaba (a sus visitantes) gravemente que para él nada era comparable a sus tres horas diarias de trabajo manual.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Su molestia llegó al punto de querer abandonar a su familia. Por su parte, Sonia estaba embarazada (por duodécima ocasión) y sentía que Tolstoi le dejaba todos los asuntos domésticos: dirigir la casa, llevar las cuentas, educar a los niños, etc.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Tolstoi soñaba con no poseer nada, deseaba distribuir sus tierras entre los campesinos y renunciar a sus derechos de autor. Gillès anota: “Pero como Sonia, que no quería verlo despojar a sus hijos, se oponía ferozmente a esos proyectos, en aquel final de año de 1884 él acabó por proponerle un compromiso en verdad bastante extraño. Como él consideraba que la propiedad era un gran mal, le cedería a ella la gestión de todos sus bienes. Al principio, Sonia se indignó al ver que le transmitían aquel ‘gran mal’; luego se resignó a tal arreglo paradójico. Recibió de Lev un poder general que le cedía la gerencia de sus propiedades y de sus derechos de autor para las obras escritas antes de 1881, antes de lo que Tolstoi llamaba ‘su segundo nacimiento’. Muy activa, Sonia emprendió inmediatamente una nueva edición de las obras de su marido e hizo gestiones para poder hacer figurar entre ellas los textos prohibidos de <i>Confesiones</i>, <i>¿Qué debemos hacer?</i> y <i>¿Cuál es mi fe?</i> (...) Desde su ‘segundo nacimiento’, Tolstoi quería ser asceta. Había renunciado sucesivamente a la propiedad, al bienestar y a los ‘placeres viciosos’ de la caza y del tabaco. Ahora quería renunciar a la voluptuosidad, a toda voluptuosidad, incluso a la santificada por el matrimonio.”<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">En 1891, después de discusiones con Sonia por la forma en que esta administraba las propiedades, Tolstoi repartió sus bienes y renunció a los derechos de ciertas obras (tan fuertes eran las discusiones que Sonia llegó a considerar el suicidio). Tolstoi consideraba que su esposa e hijos le impedían vivir una vida santa. Sin embargo, el resultado fue paradójico, en palabras de Gillès: “He aquí, pues, a Tolstoi despojado del ‘fardo de la propiedad’: teóricamente, jurídicamente es pobre. Si fuese lógico consigo mismo, debería ahora vivir también la vida del pobre, cambiar su mansión por una modesta <i>isba</i>, trabajar con sus manos para asegurase el sustento y nutrirse con gachas de avena. Ahora bien, no cambia nada en su forma de vida, aunque ésta sea muy modesta. No abandona su biblioteca, ni los salones de su mansión, ni sus caballos de silla; continúa sentándose a la mesa señorial, siendo servido por criados, y no renuncia tampoco a sus costumbres de anfitrión espléndido que acoge multitud de discípulos y curiosos.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Desde el momento de su conversión y hasta el último de sus días lo acompañaría el deseo siempre postergado de vivir humildemente.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Queda entonces claro que Tolstoi fue cristiano a su manera, de igual forma, creía en Dios pero no en el “Dios judío, grosero y personal” sino en un Dios “ilimitado e impersonal”, al cual le expresaba “¡Señor, despiértate en mí, alumbra mi vida!”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">De tal forma que a Tolstoi su conversión le traería conflictos no sólo con su familia. Las autoridades religiosas y políticas lo veían con recelo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">De hecho, la Iglesia ortodoxa decidió excomulgarlo en 1901. El decreto decía: “Dios ha permitido que en nuestros días aparezca un nuevo falso doctor: el conde León Tolstoi. Escritor de reputación mundial, ruso de nacimiento, ortodoxo por el bautismo y la educación, el conde Tolstoi, cegado por su espíritu de orgullo, ha tenido la insolencia de alzarse contra el Señor Jesucristo y contra su santo legado, y públicamente y a los ojos de todos ha renegado de la Iglesia ortodoxa materna, que lo había nutrido y educado. Ha dedicado su actividad literaria y el talento que Dios le había dado a esparcir en el pueblo doctrinas contrarias a Cristo y a la Iglesia, y a destruir en el espíritu y en el corazón de los hombres su fe nacional, esta fe ortodoxa confirmada por el universo y a la cual, hasta ahora, la santa Rusia ha permanecido fiel y por la que ha sido fuerte. Por eso la Iglesia no lo cuenta ya como uno de sus miembros y no podrá considerarlo como tal más que si se arrepiente y vuelve a entrar en su seno.” Nunca sucedió esto último, el escritor ruso murió sin recibir los sacramentos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Y en cuanto a las autoridades políticas? Los problemas (también) se debieron a su interpretación del cristianismo. El escritor ruso predicaba la humildad, la no explotación de los semejantes.... En ocasiones enviaban a la policía a vigilarlo. Eso sí, no le castigaban, ¿por qué? En palabras del Zar Nicolás II: “No quiero añadir a su gloria la aureola de mártir.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Basten las siguientes líneas para mostrar lo anterior. Los “luchadores del espíritu” eran una secta que tomaba al pie de la letra el mandamiento “no matarás”, de forma que se negaban a empuñar las armas. En 1895, debido a que los miembros de la secta se deshicieron de armas y se negaron al servicio militar, las autoridades decidieron castigarlos. Cuenta Gillès que “los desgraciados fueron azotados a golpes de <i>nagaika</i>, sus moradas fueron saqueadas, confiscadas sus tierras y sus comunidades dispersadas.” Tolstoi se identificaba con los ideales de la secta, así que decidió ponerse de su lado. A consecuencia de estas actividades consideradas subversivas por las autoridades, la policía sometió a Tolstoi y a sus simpatizantes a estrecha vigilancia. Algunos de los discípulos de Tolstoi fueron castigados con el destierro, pero –por lo ya explicado en el anterior párrafo- el escritor ruso permaneció intocable.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<b><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Votos de pobreza</span></b><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Cuando estalló la Primera Guerra Mundial Wittgenstein decidió salir de Austria y dirigirse a Inglaterra o a Noruega, no pudo. Entonces se alistó como voluntario en el ejército austriaco.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">De este período escribió: “Salvó mi vida; no sé qué hubiera hecho sin ella”. ¿A qué se refería? ¿Qué le había sucedido durante este tiempo? ¿Qué experiencia le salvó o transformó la vida? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Russell –como ya habíamos visto– supo lo que había pasado: “Durante la Primera Guerra, o quizá inmediatamente antes, cambió su perspectiva y se convirtió más o menos en un místico...”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Qué transformo la vida de Wittgenstein? 1. Lo que la guerra significó para el filósofo, es decir, la forma en que la afrontó. 2. La lectura de un libro de Tolstoi.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Veamos el primer punto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Sanfélix mantiene que ir a la guerra fue para Wittgenstein una <i>gran iniciación</i>, que sus razones no eran especialmente patrióticas sino fundamentalmente religiosas, y que su heroísmo era una virtud ascética. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">James se refiere a percibir claramente la muerte trágica en la historia del mundo como una gran iniciación. Después de esta iniciación la vida se contempla de forma distinta: “Pues bien, eso es exactamente lo que sostiene el ascetismo y toma la iniciación voluntariamente. La vida no es ni una farsa ni una comedia elegante, afirma, sino algo que hemos de contemplar con vestidos de luto, esperando que su sabor amargo nos purgará de nuestra locura. La insensatez y el heroísmo son partes de ella tan enraizadas que la mentalidad sana, pura y simple, con su optimismo sentimental, difícilmente puede ser contemplada por ningún hombre sensato como una solución seria. Las frases de consuelo elegantes y reconfortantes nunca pueden ser una respuesta al enigma de la esfinge.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Continúa refiriéndose al heroísmo. En éste se esconde el supremo misterio de la vida. Nos mostramos intolerantes con quien no puede mostrar heroísmo en algún aspecto. “Por otra parte, no nos importan las debilidades de un hombre si está deseoso de arriesgarse hasta la muerte y aún más, si la padece heroicamente en la causa que ha elegido; este hecho lo consagrará para siempre... Cada uno de nosotros siente personalmente que la indiferencia magnánima hacia la vida expiaría todos sus defectos.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Ya que Wittgenstein no había podido salir de Austria, acataría la voluntad de Dios, aceptaría voluntariamente la gran iniciación. Escribe Sanfélix: “Conocería de primera mano la muerte e intentaría afrontarla heroicamente.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">El 15 de septiembre de 1914 Wittgenstein escribió: “Ahora se me presentaría la ocasión de ser una persona decente, pues me enfrento cara a cara con la muerte. ¡Que el espíritu me ilumine!”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Ahora vayamos al segundo punto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">El 1 de septiembre de 1914 comenzó a leer el “Pequeño Evangelio” de Tolstoi. En sus diarios escribió: “Ayer comencé a leer los comentarios de Tolstoi a los Evangelios. Una obra magnífica. Pero todavía no es para mí lo que yo esperaba de ella”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Wittgenstein adquirió por casualidad este libro en una librería donde sólo contaban con tarjetas postales. Como ya se mencionó, el único libro a la venta era el de Tolstoi. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Qué tanto influyó en Wittgenstein el pensamiento de Tolstoi? Durante la guerra el filósofo escribió: “Las palabras de Tolstoi acuden a mi mente una y otra vez: el hombre es impotente en la carne pero es libre por el espíritu. ¡Ojalá esté en mí el espíritu!... ¡Que Dios me dé fuerza! Amén. Amén. Amén”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Sus compañeros lo conocían como “el del Evangelio”, y de hecho podía recitar de memoria la obra de Tolstoi. En 1915 sobre la obra del escritor ruso escribió: “En su momento fue la que realmente me mantuvo en vida”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Terrible era el estado de ánimo de Wittgenstein durante la guerra: “¡Pero en los últimos días he sido presa de la depresión! ¡No siento verdadero placer por nada y mi vida está llena de ansiedad por el futuro! Porque ya no estoy en paz conmigo mismo. Cada falta de decencia a mi alrededor –y siempre hay algo de este tipo– me hiere profundamente y siempre se abre una herida antes de que la anterior haya cicatrizado... Las cosas nos van muy mal. ¡¡¡Dios mío, ayúdame!!!”. Se sentía solo, escribió que sólo encontraba mezquindad para donde mirara. “¡Ni un solo corazón con sentimientos a la vista!”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Después de una falsa alarma en la que pensó que moriría, escribió: “Estaba seguro de que iba a morir en el acto... Estaba terriblemente agitado y gemía audiblemente. Sentí los terrores de la guerra. Ahora (por la tarde) me he sobrepuesto del terror. A menos que cambie mi actual disposición mental, pondré todo mi empeño en seguir vivo... Ahora podría tener una oportunidad de convertirme en un ser humano decente, puesto que estoy cara a cara con la muerte. Que el espíritu me ilumine”. Antes de entrar en acción acostumbraba decir “¡Qué Dios me acompañe! ¡Que el espíritu me acompañe!”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Sanfélix afirma que puede entenderse la manera en que Wittgenstein afrontó la guerra si tenemos en cuenta su aspiración a la santidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Ser cristiano, para Tolstoi, implicaba cierto estilo de vida. ¿Compartía Wittgenstein esa visión? Para Wittgenstein “sólo es feliz la vida que puede renunciar a las amenidades de este mundo. Una vida para la que esas amenidades no son sino otros tantos regalos del destino... Ser feliz es estar en concordancia con el mundo, estar en concordancia con aquella voluntad ajena de la que parezco dependiente”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Al terminar la Primera Guerra, Wittgenstein decidió renunciar a las “amenidades de este mundo”, se planteó dos posibilidades: hacerse sacerdote o maestro de escuela. Los monjes que conoció le parecieron “rudos”, así que se conformó con trabajar como jardinero del monasterio. Posteriormente decidió dedicarse a la docencia: “Me hubiera gustado más ser sacerdote, pero cuando sea maestro podré leer el Evangelio a los niños”. De igual forma decide renunciar a su fortuna.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Hacia finales de 1919 le escribió a Russell: “Me he decidido a hacerme maestro, para lo cual debo volver a la escuela, a un llamado Colegio para la Preparación de Maestros. Está lleno de muchachos de 17 ó 18 años, mientras que yo ya he llegado a los 30. Esto da origen a algunas situaciones muy divertidas, y también a <i>muchas</i> desagradables. A menudo me siento desdichado (...) He repartido todo mi dinero y en breve trataré de ganarme la vida por mí mismo. ¡Pienso en ti <i>amenudo</i>!” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Las actitudes y decisiones de Wittgenstein resultaban incomprensibles. Su hermana Mining explicaba: “Le dije que imaginármelo, con una mente ejercitada como la suya en filosofía, de maestro de escuela elemental era para mí como si alguien utilizara un instrumento de precisión para abrir cajones”. Wittgenstein le respondió: “Me recuerdas a alguien que está mirando a través de una ventana cerrada y no puede explicarse los movimientos extraños de quien pasa por delante. No sabe qué tipo de <b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">tempestad</span></b> hace estragos fuera ni que esa persona tal vez sólo con muchos esfuerzos puede tenerse en pie.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Atormentado estaba el espíritu del filósofo (durante la guerra también lo había estado, de hecho lo estaría casi toda su vida), esperaba que las decisiones que estaba tomando le condujeran a la paz interior. Franz Parak había sido compañero de Wittgenstein en el campo de prisión en Monte Cassino; según Parak, el filósofo-místico seguía los Evangelios al renunciar a su fortuna y hacerse maestro: <i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Si quieres ser perfecto, vete, vende lo que tienes y sígueme</span></i>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Wittgenstein asistió al colegio de preparación de maestros en el año académico de 1919-1920. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Para julio de 1920 el Tractatus aún no había podido ser publicado (hubo que sortear muchas dificultades), Wittgenstein le escribió a Russell que ponía el libro a su disposición: “puedes hacer con el lo que quieras. (Solamente, si cambias algo en el texto, indica que el cambio ha sido hecho por ti).” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">De igual forma le indicaba que ya había conseguido su certificado como maestro, terminaba con las siguientes palabras: “Cómo me irán las cosas, cómo soportaré la vida, sólo Dios lo sabe. Tal vez lo mejor para mí sería acostarme una noche y no volver a despertarme. (Aunque quizá todavía hay algo mejor para mí.) Veremos. Los más calurosos saludos de tu fiel amigo LUDWIG WITTGENSTEIN.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">En septiembre de ese año Wittgenstein le informaba a Russell: “He conseguido un puesto: maestro de la escuela elemental en una pequeñísima aldea llamada Trattenbach. Está en las montañas, a unas cuatro horas de viaje al sur de Viena. Debe ser la primera vez que un maestro de escuela de Trattenbach mantiene correspondencia con un profesor universitario que está en Pekín.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">A principio del otoño de ese año Russell había ido a China.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Wittgenstein fue maestro de escuela elemental en Trattenbach (1920-1922), Puchberg (1922-1924) y en Otterthal (1924-1926). Siguiendo las ideas de Tolstoi renuncia a su fortuna y se dirige a la Austria rural a vivir con los “honestos y simples” campesinos. Tolstoi hablaba de la noble vida campesina. ¿Cómo le resulto? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Al llegar escribió: “Estoy trabajando en un bello y pequeño nido llamado Trattenbach... Soy feliz con mi trabajo en la escuela y lo necesito localmente; en caso contrario, todos los demonios del infierno andarán sueltos dentro”. A Russell le escribió: “Todavía hace un momento me encontraba terriblemente deprimido y cansado de vivir, pero ahora estoy un poco más esperanzado”. Compárese con lo que le escribió un año después: “(Estoy) todavía en Trattenbach rodeado, como siempre de odio y bajeza... aquí hay muchos más mediocres e irresponsables que en cualquier otro sitio”. También informaba en esa carta que no pensaba estar ahí por mucho tiempo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Una vez que Wittgenstein se percata de que las ideas de Tolstoi no son del todo exactas, el filósofo se propone ayudar a que “el campesinado saliera del estiércol”. La gente del pueblo estaba mal alimentada, los habitantes estaban en un constante estado de ansiedad e incomodidad debido a su posición y había luchas de clases dentro del mismo poblado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Como profesor buscaba que la enseñanza no fuera mera memorización y que los alumnos usaran su imaginación. Organizaba excursiones y cuando creía que alguno de sus alumnos tenía miedo le decía: “¿Tienes miedo? Bien, entonces sólo debes pensar en Dios”. Comenzaba y terminaba sus clases con el Padre Nuestro. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Wittgenstein enseñaba a sus alumnos “matemáticas avanzadas” aún cuando se trataba de enseñanza elemental, decía que “nunca es demasiado pronto para empezar con el álgebra”, lo mismo pasaba con la literatura y la historia. Animaba a los niños a seguir estudiando más allá de lo elemental, pero no les recomendaba dejar el campo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Wittgenstein llevaba una mala relación con los adultos, un maestro celoso le inventaba chismes y también fue acusado de golpear sádicamente a sus alumnos (algunos antiguos alumnos dicen que sí los llegó a golpear pero Wittgenstein dejaba claro lo que era merecedor de castigo, por ejemplo, la deshonestidad).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Sobre su labor como maestro, en octubre de 1925, Wittgenstein le escribió a John Maynard Keynes: “Mi querido Keynes: Muchas gracias por su carta. Aún soy maestro y no necesito dinero por el momento. He decidido seguir siendo maestro mientras sienta que los inconvenientes que esto me causa puedan hacerme algún bien. Si uno tiene dolor de muelas, hace bien colocarse en el rostro una botella de agua caliente, pero sólo será efectivo mientras el calor de la botella le cause un poco de dolor. Arrojaré la botella cuando descubra que ya no me produce ese tipo particular de dolor que hace algún bien a mi carácter. Es decir, si la gente de aquí no me despide antes de entonces. Si dejo la enseñanza, probablemente iré a Inglaterra y buscaré un trabajo allí, porque estoy convencido de que no podré hacer nada en <i>este</i> país. En tal caso, necesitaré su ayuda.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">En abril de 1926, Wittgenstein abofeteó a un alumno que fue llevado desmayado a la secretaría de la escuela. Debido a lo anterior, fue sometido a un examen psiquiátrico para determinar si podía seguir enseñando, y a pesar de haber sido absuelto, renunció a la enseñanza. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">En el verano de 1927 le escribió a Keynes: “... Tuve muchísimos problemas, uno sobre todo, y postergué el escribirle hasta terminar con todos ellos. Ahora he interrumpido mis problemas con unas vacaciones, y ésta es la ocasión para escribirle. He abandonado la enseñanza hace mucho (unos catorce meses) y me he dedicado a la arquitectura. Estoy construyendo una casa en Viena. Esto me ocasiona montañas de problemas y ni siquiera estoy seguro de no echarlo a perder. Pero creo que estará terminada para noviembre, y luego tal vez haga un viaje a Inglaterra, si alguien allí tiene interés en verme...” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">En una nota al pie de la carta le aclaraba “No pude soportar por más tiempo la botella caliente.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<b><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Votos de castidad</span></b><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Cómo vivía Wittgenstein la sexualidad? Wittgenstein se propuso hacer votos de castidad, pero no lo lograba del todo, porque a períodos de abstinencia sexual le seguían períodos de promiscuidad, y esto le hacía sentir muy mal. Admiradores y gente cercana al filósofo trataron de negar su homosexualidad. Y es que Wittgenstein vivía –¿padecía?– a su manera su orientación sexual. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">William Warren Bartley III dice: “Era un homosexual dado a arrebatos de promiscuidad extravagante y casi incontrolable... A lo largo de su vida, pero especialmente durante y después de la Primera Guerra Mundial, Wittgenstein estuvo atormentado por una culpa intensa y sus deseos y actividades sexuales le causaron sufrimiento. Había llegado a convencerse de que el tipo de alta creatividad espiritual e intelectual al que aspiraba era virtualmente incompatible con la actividad sexual”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Por qué tenía tantos conflictos con su sexualidad? Al parecer a Wittgenstein no le causaba angustia su homosexualidad en particular sino la sexualidad o los deseos sexuales en general. ¿Es posible que de haber sido heterosexual hubiese desarrollado tales conflictos? ¿Qué tanta influencia tuvieron Otto Weininger, Tolstoi y LidwingHänsel en sus ideas respecto al sexo? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Otto Weininger es el autor de “Sexo y carácter”. Para Weininger las mujeres son inferiores a los hombres, pues son seres humanos que carecen de alma y por ello es que nunca llegará a haber genios entre ellas; afirmaba que el contacto físico con las mujeres desespiritualiza a los hombres, aboga por la abstinencia sexual como condición del desarrollo espiritual y la genialidad. Wittgenstein llegó a decir que admiraba su obra. Weininger fracasaba en su intento de evitar las relaciones sexuales. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">LudwingHänsel fue amigo de Wittgenstein. Hänsel hablaba de la pureza sexual de los jóvenes, publicó un folleto en contra de la masturbación (contraria a la naturaleza y dañina para el cuerpo y el alma), contra la homosexualidad y contra Freud. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">En 1918 y 1920 Wittgenstein tuvo dos sueños que interpretó como un llamado a dominarse sexualmente hablando. En ellos aparecen elementos mágicos (alfombra mágica), religiosos (altares, varas-serpientes...), y en estos sueños también ve un llamado a hacerse monje. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Bartley III escribe que Wittgenstein buscaba alejarse de la tentación del contacto sexual fácil y casual con jóvenes en las calles o en otros lugares, de igual forma intentaba rodearse de jóvenes con los que pudiera establecer relaciones platónicas. Odiaba la soledad, sobre todo la soledad nocturna que le lanzaba a buscar sexo. Se obligaba a evitar áreas de peligro, es decir, lugares donde era fácil encontrar sexo con jóvenes a los que no volvería a ver. Había períodos en los que lograba sus objetivos, pero sufría “recaídas” en las que buscaba relaciones con jóvenes encontrados en el anonimato de la calle. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Algunas personas sugieren que Wittgenstein se odiaba a sí mismo debido a su homosexualidad y a su fracaso en llevar una vida casta. Será difícil saberlo porque Wittgenstein no dejó por escrito lo que pensaba o sentía sobre su orientación sexual, y sólo el desprecio que a veces sentía por sí mismo es lo que puede encontrarse en sus escritos: <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">“Me están devorando unas circunstancias repugnantes. Toda la vida exterior, con toda su vulgaridad, se abalanza sobre mí. E interiormente estoy lleno de odio y no consigo dejar que penetre en mí el espíritu. Dios es el amor. Soy como un hornillo consumido, lleno de escorias y suciedad”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Para Wittgenstein había tres experiencias fundamentales en la vida: 1. El asombro ante la existencia. 2. La sensación de seguridad (a eso se refería su experiencia en Los que firman con una cruz). 3. La culpa. Sobre esta última escribió: “el sentimiento de que haga lo que haga no estoy en orden con mi deber, que soy culpable en sí”. ¿Hasta qué punto se debía este sentimiento de culpa a su vida sexual? ¿Qué se exigía moral o éticamente? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Wittgenstein decidió romper sus relaciones con Russell en 1914 al no poder llegar a un acuerdo en sus discusiones acerca de los valores. Wittgenstein le escribió a Russell: “Los dos tenemos debilidades, pero especialmente yo, mi vida está llena de los pensamientos y actos más feos y mezquinos... Pero estoy ya demasiado cansado de las cosas eternamente sucias y de hacer todo a medias. Mi vida ha sido hasta ahora una gran cochinada, pero ¿deberá continuar siéndolo por siempre?”. Meses antes le había escrito: “Cómo puedo ser un lógico sin ser antes un hombre. Antes que cualquier otra cosa, debo aclararme conmigo mismo”. Sobre su ética escribió: “Lo que es bueno, es también divino. Por muy raro que suene, esto resume mi ética”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Pero no todos los interesados en la vida de Wiitgenstein se muestran de acuerdo con la visión de William Warren Bartley III.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Cuando RayMonk se encontraba realizando la biografía de Wittgestein, con frecuencia le preguntaban “¿Qué vas a hacer con respecto a las afirmaciones de Bartley?”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Monk explica: “Según Bartley, mientras Wittgenstein estudiaba para maestro y vivía en una pensión de Viena, descubrió una zona en el cercano Prater (un gran parque de Viena, quizá análogo al Richmond Park de Londres), donde ‘unos rudos jóvenes estaban dispuestos a satisfacerle sexualmente’”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">William Warren Bartley III cuenta que una vez que Wittgenstein descubrió este lugar “apenas podía mantenerse alejado de él. Varias noches por semana huía de sus habitaciones e iba a paso vivo hasta el Prater, poseído, tal como se lo expresó a sus amigos, por un demonio que apenas podía controlar. Wittgenstein se encontró con que prefería el tipo de jóvenes homosexuales francos y rudos que podía encontrar caminando por los senderos y callejas a los jóvenes ostensiblemente más refinados que frecuentaban el SirkEcke de la Kärtnerstrasse y los bares vecinos de los confines de la ciudad”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">A finales de septiembre de 1919 Wittgenstein se instaló a las afueras de Viena (para ese momento ya había repartido su dinero entre sus hermanos), sólo tenía que caminar diez minutos para llegar a los prados del parque del que habla Bartley.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">De aquel lugar Bartley afirma: “Y era a este especial lugar –que todavía se usa por la noche con la misma finalidad y es tan peligroso como entonces- a donde Wittgenstein se apresuraba a ir siempre que vivió allí o visitó Viena”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Pero ¿Bartley proporciona evidencia al respecto? No, según Monk. Bartley se limita a afirmar que se basa en los relatos que confidencialmente le hicieron algunos amigos de Wittgenstein.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Bartley cuenta lo siguiente con respecto a la investigación que realizó: “Así pues, no sin cierta desconfianza alquilé un coche en Viena todas las mañanas durante buena parte de un verano para trasladarme, con miedo a no sacar nada en limpio, a los remotos pueblos de Trattenbach, Otterthal y Puchberg, situados en la baja Austria, la parte conocida como SemmeringoNeunkichen, en donde Wittgenstein enseñó desde 1920 hasta 1926 (...) Me acerqué a bares de homosexuales en Viena y Londres en busca de aquellos que conocieron, de otra manera, a Wittgenstein (...) Espero que de mi trabajo de campo –combinando las calles del tercer distrito de Viena, andando solo y con cierta aprehensión a través del Prater bien entrada la noche, trajinando por las calles polvorientas cerca de Hütteldorf y en Neunkirchen, conversando con aquellos que recordaban a Wittgenstein, lo mismo un viejo desdentado director de escuela en su ático que un homosexual de edad avanzada en su propio pub 'especial'- surgirá un cuadro algo más vivo de este periodo en la vida de un filósofo extraordinario”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Bartley cuenta que hacia finales de abril de 1920 Wittgenstein tuvo que mudarse a un lugar más cercano al Prater. “Fue durante este tiempo en el que se vio implicado en el comportamiento con más promiscuidad en su vida”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Monk afirma que a pesar de la ausencia de pruebas, las afirmaciones de Bartley gozan de cierta aceptación: “Parece ser que muchas personas encuentran tan natural pensar en Wittgenstein como en un homosexual promiscuo y lleno de remordimiento que tienden a aceptar las afirmaciones de Bartley sin ninguna prueba. De algún modo ‘encaja’ con la imagen que tienen de Wittgenstein: hasta tal punto que la imagen de Wittgenstein vagando lleno de remordimientos por los senderos del Prater en busca de ‘rudos jóvenes homosexuales’ se ha convertido en parte indeleble de su imagen pública”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Para Monk, los albaceas del filósofo, entre ellos Elizabeth Anscombe, han contribuido a la popularización de esta imagen, ya que han afirmado que preferirían que la gente no se interesara en la vida personal del filósofo. Por otro lado, las observaciones más personales de Wittgenstein no han sido publicadas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Bartley escribe que trataron de impedirle la publicación de sus descubrimientos: “varios de los albaceas literarios y familiares de Wittgenstein amenazaron con proceder legalmente para suprimir la publicación del libro y se dirigieron a los editores ingleses con la intención de persuadirles de que pararan la publicación”; los albaceas también “establecieron contacto con aquellos a los que mencionaba entre los agradecimientos, pidiéndoles que se disociaran de mí y que me retiraran el permiso para usar sus nombres.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Esto lleva a pensar a la gente que se está tratando de ocultar la promiscuidad homosexual de Wittgenstein.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Las “horrorosas” afirmaciones de Bartley provocaron reacciones como la siguiente: “en el Centro de Documentación sobre Wittgenstein, en Kirchberg am Wechsel, en Austria, sede del congreso internacional anual sobre Wittgenstein, se dedicaron dos sesiones a demostrar que Wittgenstein no era homosexual y que mi explicación era <i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">verfalschend</span></i>(errada)”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿A qué se deben estas reacciones? Según Bartley el primer problema al abordar la orientación sexual de Wittgenstein, es que la sexualidad -por sí misma- es un tema que a muchos les causa conflicto: “Es improbable que se pueda tratar con alguna ecuanimidad la homosexualidad hasta que se trate de esa manera la misma sexualidad. Y parece poco probable que, a pesar de la evolución del siglo pasado, esto haya de ocurrir pronto”. Además aclara que al tratar el tema no critica a Wittgenstein por sus preferencias o actividades sexuales.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Para Bartley no hay ninguna razón para seguir discutiendo si Wittgenstein era o no homosexual, ya que su orientación sexual “ha sido ratificada por sus propias afirmaciones en sus diarios cifrados”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Bartley afirma que los albaceas de Wittgenstein poseen las notas en las que el filósofo anotó su homosexualidad, se trata de dos cuadernos en código:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">El primero data del periodo de la Primera Guerra Mundial y acaba antes de 1918: “En él discute sus deseos y ansias homosexuales, las recurrencias a la ‘sensualidad’ y el tipo de tormento que le producen. No hay allí, sin embargo, evidencia inequívoca de <i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">actividad</span></i> homosexual, de forma que no se puede juzgar con certeza si la relación de Wittgenstein con su amigo David Pinsent –de quien se ha supuesto generalmente que era homosexual- implicaba relaciones sexuales activas”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">El otro cuaderno es posterior a 1928, “y revela no sólo que Wittgenstein estaba envuelto en actividades homosexuales, sino que tal pensamiento le produjo una gran angustia espiritual. En esas páginas, Wittgenstein encuentra horroroso el que tenga dichos deseos, aunque comenta, asimismo, que no puede acusarse a sí mismo por tenerlos. Este diario revela también que existía práctica activa homosexual en la relación de Wittgenstein con su amigo Francis Skinner”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Bartley menciona otro documento: “Hay incluso una alusión a su homosexualidad en una carta de Wittgenstein a su hermana Mining, escrita en tiempos tan tempranos como los de sus días de estudiante de ingeniería en la Universidad de Manchester (1908)”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Según Monk, quien afirma que tuvo acceso completamente libre a todos los textos en clave que poseen los albaceas literarios, lo que en esas notas aparece es el amor que sentía por David Pinsent, Francis Skinner y Ben Richards; “y en ese sentido ‘corroboran’ su homosexualidad. Pero no corroboran las afirmaciones <i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">de Bartley</span></i> acerca de la homosexualidad de Wittgenstein. Es decir, no dicen ni una palabra de que fuera al Prater a buscar ‘rudos jóvenes’ ni hay nada en ellos que indique que Wittgenstein tuviera un comportamiento promiscuo en ningún momento de su vida. Al leerlos uno tiene la impresión de que era incapaz de tal promiscuidad, pues le incomodaba la menor manifestación del deseo sexual (homosexual o heterosexual).”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Más adelante abunda: “La excitación sexual, tanto homosexual como heterosexual, le turbaba enormemente. La veía como algo incompatible con el tipo de persona que quería ser”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Sobre este punto, M. O’C Drury, amigo íntimo de Wittgenstein, escribió: “la sensualidad, en cualquiera de sus formas, era completamente ajena a su ascética personalidad”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Monk cree que la vida amorosa y sexual del filósofo sólo tenía lugar en su mente: “Resultaría completamente coherente con todo lo que sabemos de Wittgenstein el hecho de que encontrara fascinantes a esos rudos jóvenes homosexuales que encontró en el Prater, que fuera una y otra vez a ese lugar donde podía verlos, y que dejara constancia de esa fascinación en sus cuadernos. Pero también resultaría del todo coherente con lo que sabemos el que esos mismos jóvenes no supieran nada de la existencia de éste.” Monk cree que si Wittgenstein fue “sexualmente promiscuo”, sólo lo fue en su imaginación.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Rush Rhees y J. J. Stonborough están entre los autores que han tratado de refutar las afirmaciones de Bartley. No han tenido éxito. Según Monk, Rhees sólo afirma que “aun cuando lo que dice Bartley sea cierto, es ‘asqueroso’ por su parte repetirlo”. Stonborough sólo argumenta que de ser cierto, Wittgenstein hubiese sido chantajeado; Bartley ha presentado su réplica. De igual modo, Bartley explica (a pie de página) que uno de sus detractores, Adolf Hürbner, director del Centro de Documentación sobre Wittgenstein, cambió de opinión. En su libro “BartleyRefuted” (1978) negaba la homosexualidad del filósofo; en su libro “Wittgenstein” (1979) escribió sobre las tendencias homoeróticas del autor del Tractatus.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Para Monk, el punto importante (para confirmar o refutar a Bartley) es averiguar exactamente qué información recibió. Monk cree que Bartley posee un texto de 1919 ó 1920 en el que Wittgenstein narra uno de sus sueños. Cuenta Monk: “Si esta hipótesis (y reconozco que esto es pura especulación) es correcta, entonces este manuscrito debe ser la fuente de los supuestos ‘episodios del Prater’. De modo que le envié una carta a Bartley y le pregunté directamente si existía o no tal manuscrito; sólo dijo que revelar su fuente de información sería traicionar la confianza de alguien, y que no estaba dispuesto a realizar tal deshonestidad. Por tanto considero que esta hipótesis también podría ser falsa.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><br style="mso-special-character: line-break;" /><br style="mso-special-character: line-break;" /><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<b><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Fe sin palabras</span></b><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Es posible afirmar que Tolstoi y Wittgenstein eran cristianos? Mi respuesta es afirmativa. Tolstoi negaba la divinidad de Jesús, pero –como vimos- encontró un mensaje importante en los Evangelios. Para Wittgenstein poco importaba la realidad o falsedad de los Evangelios, ¿qué escribió sobre los conceptos cristianos de pecado, condenación e infierno? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">“El cristianismo no es una doctrina, no; quiero decir, una teoría sobre lo ocurrido y lo que ocurrirá al alma humana, sino una descripción de algo que realmente tiene lugar en la vida humana. Porque la ‘conciencia del pecado’ es un suceso real; y también lo son la desesperanza y la salvación a través de la fe. Aquellos que hablan de tales cosas están simplemente describiendo lo que les ha ocurrido a ellos, independientemente de lo que cada uno haya querido decir sobre la cuestión”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">En otra parte escribió: “Por extraño que suene podría probarse que los relatos históricos de los Evangelios son falsos en sentido histórico y con ello la fe no perdería nada. El creyente no tiene ni la relación que tiene con una verdad histórica (verosimilitud), ni con una teoría de ‘verdades racionales’... El cristianismo no se basa en una verdad histórica, sino que nos da una noticia (histórica) y dice: ¡ahora, cree! Pero no cree esta noticia con la fe que corresponde a una noticia histórica, sino cree sin más y esto sólo puedes hacerlo como resultado de una vida”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Entonces, ¿en qué sentido puede ser considerado cristiano? “La religión cristiana es sólo para quien necesita un socorro infinito; esto es, sólo para quien sienta una angustia infinita. La Tierra entera no puede sufrir un tormento mayor que un alma sola. La fe cristiana –como yo la veo– es un refugio para el tormento último de uno. A quienquiera que en esta angustia le sea dado abrir su corazón, en lugar de contraerlo, acepta los medios de salvación en su corazón”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Así como los sueños pueden reflejar nuestras preocupaciones, la mitología refleja sentimientos como el asombro ante la existencia o la culpa ante nuestras faltas. El budista y San Agustín sólo se equivocan al proponer alguna teoría. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Wittgenstein era un místico y de ahí que las teorías le resulten prescindibles. Sobre ello escribió que bien podía imaginar “una religión en la que no haya ninguna doctrina y en la que, por tanto, no se hable. La esencia de la religión puede evidentemente no tener nada que ver con que se hable, o más bien: si se habla es que se trata de una parte constitutiva de la acción religiosa y no de ninguna teoría. Por lo tanto, no depende en absoluto de si las palabras son verdaderas, falsas o sin sentido”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Refiriéndose a su Tractatus, Wittgenstein expresó: “Quise escribir, en efecto, que toda mi obra se compone de dos partes: de la que aquí aparece, y de todo aquello que no he escrito. Y precisamente esta segunda parte es la importante. Creo, en una palabra, que todo aquello sobre lo que muchos hoy parlotean lo he puesto en evidencia en mi libro guardando silencio sobre ello”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">En este sentido, el “Tractatus” es un libro místico, pero diferente a cualquier otro tratado sobre estos asuntos. Wittgenstein habla de Dios y de todo lo que le es propio mediante lo que no revela, mediante lo que no menciona. Wittgenstein se ocupa de Dios y de su mundo al no describirlos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Al quedar claro todo aquello de lo que es posible pensar y hablar, se marca una diferencia con aquello de lo que no es posible pensar o expresar; se traza así la diferencia entre éste y el otro mundo. De esa forma, el “Tractatus” contiene, aunque no de forma explícita, al mundo místico. “Es teología negativa en su grado más puro”, escribió WilhelBaum.<o:p></o:p></span></div>
Martín Fragosohttp://www.blogger.com/profile/12503164160147312504noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1422066786432173884.post-79095321258002877102013-01-03T13:05:00.002-08:002013-01-03T15:24:01.864-08:003. Wittgenstein y lo místico<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">En México no han sido únicamente los interesados en la filosofía analítica quienes han estudiado el pensamiento de Ludwig Wittgenstein. También ha sido abordada la faceta mística del autor del Tractatus. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">En su “Esbozo histórico de la filosofía en México”, el filósofo mexicano Gabriel Vargas Lozano se ocupa de una de las emigraciones más grandes del siglo pasado: el exilio español ante la derrota de la república a manos del franquismo. A nuestro país llegaron muchos filósofos, entre ellos José Gaos, José Manuel Gallegos Rocafull, Eugenio Imaz, Adolfo Sánchez Vázquez, María Zambrano, Wenceslao Roces y Ramón Xirau. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Qué sucedía en México política, artística y filosóficamente? Vargas Lozano cuenta: “Los filósofos españoles, al igual que los demás miembros del exilio llegan a México en un momento peculiar de la historia. Se trataba del período Cardenista, un año después de la expropiación petrolera, es decir, en medio de una de las grandes batallas de México por su soberanía e independencia y un año antes del término del sexenio. Momento brillante en el orden de la política pero también en el ámbito de la cultura integrada por el muralismo de Orozco, Rivera y Sequeiros; la música de Silvestre Revueltas y Carlos Chávez; el estridentismo como corriente estética; la poesía de ‘los contemporáneos’ y el debate sobre el arte comprometido. Una figura especial era Alfonso Reyes. También entra en acción la generación del 15; cercanos a ellos estaban también Narciso Bassols y Daniel Cosío Villegas que serán importantes fundadores de instituciones culturales. En el campo de la filosofía sobresalían figuras como Antonio Caso, José Vasconcelos, Samuel Ramos, Eduardo García Maynes y Francisco Larroyo, entre otros.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Los filósofos exiliados crearon instituciones, realizaron traducciones, se dedicaron a la docencia e investigación, desarrollaron su propia obra, fundaron revistas... <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Como mencionamos líneas atrás, entre los filósofos que llegaron a nuestro país estaba Ramón Xirau. Él llegó a principios de agosto de 1939, entonces tenía quince años. ¿Qué temas e ideas le interesaron analizar? Vargas Lozano escribe: “la pregunta metafísica por el sentido de la vida (que le lleva a inquirir más tarde por lo sagrado); la crisis de las civilizaciones (<i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">El desarrollo y la crisis en la filosofía occidental</span></i> de 1975); la idea de que la filosofía es una búsqueda de la verdad y la verdad absoluta es siempre religiosa; sus trabajos sobre Teilhard de Chardin, Wittgenstein, SimonWeil y Martin Heidegger. El pensamiento de Xirau está sustentado en un humanismo que busca la conciliación entre <i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Eros</span></i>, <i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Mythos</span></i> y <i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Logos</span></i>.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Algunas de sus obras son: “Sentido de presencia” (1953), “El péndulo y la espiral” (1959), “Palabra y silencio” (1964), “Mito y poesía” (1964), “Introducción a la historia de la filosofía” (1964), “Poesía y conocimiento” (1979) y “Cuatro filósofos y lo sagrado” (1986). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Ahora veamos su ensayo “Wittgenstein y lo místico: presencia del límite.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Razón y fe. De las relaciones entre ellas es de lo que trata el ensayo de Xirau. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">La fe por encima de la razón. La razón que acude al servicio de la fe. <b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">La imposibilidad de dar el salto mortal.</span></b><b><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Escribe sobre el pensamiento de Kierkegaard, quien “usaba la razón para mostrar la incapacidad de esta misma razón y decía –cuestión de vida o muerte- que el verdadero hombre, el hombre religioso, era el que podía realizar el <i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">saltummortale</span></i>, el salto de lo finito a lo infinito, cosa de fe, confianza, amor.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES"><b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><span style="color: #669922;"></span></span></b></span><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Kierkegard era el pensador del siglo XIX a quien más admiraba Ludwig Wittgenstein, de hecho decía que había sido un santo. Frente al fideísmo (como el de Kierkegaard) “algunos pensaron que podía racionalizarse totalmente la fe (...) Dos extremos: afirmar únicamente la fe; afirmar únicamente la razón.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<b><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Ser o no ser</span></b><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">M. O’C. Drury cuenta que Wittgenstein le dijo: “Kierkegaard fue sin duda <b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">el pensador más profundo del siglo XIX</span></b>. Kierkegaard <b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">fue un santo</span></b>.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Drury le pidió a Wittgenstein que le hablara sobre Kierkegaard:“Habló entonces de las tres <b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">categorías de estilo de vida</span></b> que juegan un papel muy importante en la obra de Kierkegaard: la <b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">estética</span></b>, cuyo objetivo es obtener el máximo gozo posible en esta vida; la <b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">ética</span></b>, en la cual la idea de deber exige la renunciación, y la <b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">religiosa</span></b>, en la que esa misma renunciación se convierte en una fuente de gozo.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Kierkegaard es fundador del existencialismo (o de los existencialismos). Al igual que otros filósofos, Kierkegaard fue un crítico de Georg Wilhelm Friederich Hegel. ¿Qué le critica Kierkegaard a Hegel? El método dialéctico.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">El filósofo Ramón Xiarau, en su “<b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Introducción a la historia de la filosofía”</span></b>, afirma: “Desde el punto de vista formal, el método dialéctico consiste en afirmar, revolucionariamente, que la verdad no surge de la identidad sino de la oposición y aun de la contradicción. Si establecemos una tesis A, esta tesis, analizada a fondo, dará lugar a su antítesis no-A, la cual, analizada a fondo, volverá a remitirnos a A. En la filosofía clásica esta oposición de términos que nos remiten uno a otro era una simple y llana contradicción. Para Hegel, de la oposición de dos términos surgirá un tercer término (la síntesis), en la cual A y no-A vendrán a reunirse para adquirir sentido y para dar lugar a una nueva realidad o concepto.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Para aclarar lo anterior, Xirau toma un ejemplo de la <i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Lógica</span></i> de Hegel. Tesis: Ser. Antítesis: no-ser. La tesis nos lleva a la antítesis y “Si ahora analizamos esta antítesis veremos como ella se niega a sí misma y nos remite nuevamente al ser, pues el no-ser es impensable a menos que lo pensemos como una suerte de cosa, o lo imaginemos como aquella imagen negra o aquel fondo de mar imposible, es decir, a menos que lo pensemos o lo imaginemos como alguna forma de ser.” Pero ¿y cuál es la síntesis? El <i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">devenir</span></i>. Es en ese concepto donde “viene a juntarse el ser y el no-ser. El devenir es el concepto de aquello que transita, pasa y se altera y, por lo tanto, implica ser y no-ser.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Por qué criticaba Kierkegaard el método dialéctico? Porque mediante éste, Hegel elimina las contradicciones, tal cosa resulta inadmisible para Kierkegaard. En la vida podemos elegir entre opuestos, y no es posible evitar los conflictos o los sufrimientos que puede provocarnos el hecho de tener que decidir o el hecho de hacer una mala elección. Debemos asumir las consecuencias de nuestros actos: o somos honestos o no lo somos, o somos leales con nuestros amigos o no lo somos, o hacemos trampa en un examen o contestamos lo que realmente sabemos, o hacemos el trabajo que se nos encomendó o nos vamos de parranda, o somos infieles con nuestra pareja o no lo somos, o decidimos unirnos en matrimonio o renunciamos a éste –tal y como lo hace Kierkegaard- para dedicarnos a nuestra obra... Para Kierkegaard, lo que Hegel hace es plantear que, en el fondo, no hay conflicto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Escribe Xirau: “La verdad no está para Kierkegaard en salvar las contradicciones de la vida, sino en vivirlas. De ahí que, como él mismo escribía, el verdadero conflicto del hombre sea el de Hamlet: ser o no ser. (...) Hegel diría que lo ‘uno’ lleva a lo ‘otro’ para que ambos acaben por identificarse en el ‘uno que es lo otro’. Kierkegaard nos da a escoger ‘o lo uno o lo otro’ porque para él la vida es un acto de libertad constante, un acto de constante compromiso y decisión.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Vemos que para Kierkegaard es errónea cualquier interpretación (no sólo la de Hegel) excesivamente sistematizada de la vida. Para este pensador es absurdo pretender haber obtenido una comprensión completa de la vida humana. Cito nuevamente a Xirau: “El ser es el hombre individual, vivo y concreto. El sistema de los filósofos no toca la verdad de la vida. A la teoría abstracta opone Kierkegaard la experiencia concreta, a las elucubraciones del pensamiento puro y distraído de la vida, la existencia.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">La vida está llena de contradicciones, la vida es contradictoria. Kierkegaard trata de encontrar <b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">elsentido de las contradicciones</span></b>. Es imposible encontrar el verdadero sentido de la vida sin <b><i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">vivir</span></i></b> la contradicción.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">La desesperación es lo que nos hace avanzar, lo que nos libera, lo que nos aclara el sentido de la vida. Kierkegaard habla del hombre estético, el hombre ético y el hombre religioso. Y Kierkegaard no los describe porque <b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">crea</span></b>que existan estos tres tipos de hombres, <b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">lo sabe</span></b>, lo sabe porque <b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">él fue</span></b> un hombre estético, <b><i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">viviócomo tal</span></i></b> durante sus estudios universitarios; la desesperación lo convierte en hombre ético, y la misma desesperación lo convierte en un hombre religioso (en un santo, decía Wittgenstein). Entonces, podemos afirmar que Kierkegaard es <i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">subjetivo hacia los demás</span></i>, es decir, usa sus experiencias personales para comprender a sus semejantes, a los otros hombres. Así, la vida y la obra filosófica de Kierkegaard están unidas, en palabras de Xirau: “La mejor biografía espiritual de Kierkegaard debe encontrarse en su obra misma. Sus libros lo expresan en su vivir y en su desvivirse como pocas veces acontece en la historia del pensamiento.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Escribía más arriba que la desesperación puede transformar al hombre estético. Xirau al respecto escribe: “La moral resulta un paliativo para la desesperación. La vida ética, que muchas veces Kierkegaard simboliza en el matrimonio, es una vida ordenada que sigue reglas universales y necesarias.” Para el hombre ético la ley es más importante que el amor, la moral está por encima de la religión.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Angustia y miedo son distintos. Se tiene miedo a algo determinado. ¿Ante qué nos angustiamos? La libertad nos angustia. La angustia nos revela nuestra finitud, nuestra mortalidad; también hace que nos percatemos de nuestro “deseo infinito de infinita presencia.” Así, la angustia termina revelándonos a Dios.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Pero como nuestra razón es limitada y finita, y Dios es ilimitado e infinito, no podemos llegar a Él mediante la razón o la inteligencia. La razón no nos permite entender a Dios. La razón no nos permite <b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">dar el salto mortal</span></b> que nos lleva a aquello que no tiene limites. No es posible, mediante la razón, demostrar la existencia de Dios. Dios “sólo puede existir en la fe.” Así, Kierkegaard se muestra fideísta (sólo mediante la fe podemos tener conocimiento de Dios y de sus atributos).<br /><br style="mso-special-character: line-break;" /><br style="mso-special-character: line-break;" /><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<b><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Un hombre religioso?<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Xirau considera que el Tractatus ha sido repetidamente malinterpretado, “y esto es especialmente cierto cuando vemos que los filósofos anglosajones –y ahora sus discípulos españoles, mexicanos, argentinos- se preocupan más por los problemas lógicos y epistemológicos que planteaba (o resolvía) el <i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Tractatus</span></i> que por <b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">lo que ocupaba y preocupaba vitalmente a Wittgenstein</span></b><b>.”</b>Xirau explica lo que realmente le importaba a Wittgestein: el mundo de lo místico, el mundo de lo indecible. ¿Y de dónde le venía este interés? Seguramente “de una <b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">experiencia</span></b> de los límites, del límite.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Xirau se refiere entonces a lo que se dice y puede decirse, y a lo que se <i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">muestra</span></i>: lo místico. “Lo místico es lo que está en el límite o más allá del límite.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Xirau menciona algunos datos sobre Wittgenstein: que participa como voluntario en la Primera Guerra Mundial, que renuncia a su fortuna, que se hace maestro de escuela primaria en pueblos pobres, que busca el aislamiento en su cabaña, que diseña la casa de su hermana, etc. Y menciona esto porque quiere hacer énfasis en su carácter. A Wittgenstein <b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">toda la vida le persiguieron los demonios</span></b>: “Y estos demonios fueron reales. Psicológicamente, este hombre angustiado estaba destinado a acercarse y apartarse al mismo tiempo de la religión y de su propio <i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">misticismo</span></i>.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Vimos ya que el filósofo-místico llegó a autoinculparse de forma desmedida, hablaba y escribía de su bajeza y corrupción. Afirmaba que su vida estaba “llena de los pensamientos y actos más feos y mezquinos”, también expresaba sus deseos de cambiar: “Mi vida ha sido hasta ahora una gran cochinada, pero ¿deberá continuar siéndolo por siempre?”. Necesitaba aclararse como hombre, también anotó: “Me están devorando unas circunstancias repugnantes. Toda la vida exterior, con toda su vulgaridad, se abalanza sobre mí. E interiormente estoy lleno de odio y no consigo dejar que penetre en mí el espíritu. Dios es el amor. Soy como un hornillo consumido, lleno de escorias y suciedad”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Xirau considera que lo que atormentaba a Wittgenstein eran las cosas que no pueden decirse sino sólo mostrarse. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">A continuación escribe sobre las lecturas no filosóficas de Wittgenstein: la Biblia, pensadores semirreligiosos, místicos... <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Pero ¿qué importancia puede tener todo esto?, ¿son extrafilosóficos datos como el carácter y las lecturas de Wittgenstein? Xirau da una respuesta negativa: “No lo son. Y si no lo son es porque un filósofo no es –no debe ser- un ente abstracto, sino una persona viva que integra en sí, y por lo tanto en su filosofía, cuanto lee, siente, vive. La biografía es parte del pensamiento, sobre todo cuando trata de cuestiones fundamentales, es decir, de cuestiones indecibles.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Wittgenstein considera que quienes hablaban de lo místico no hacían sino decir tonterías</span></i><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">. J. Ayer mantenía lo anterior, y se equivocaba. Xirau explica: “Demasiado influido estaba Ayer por el positivismo lógico para poder entender a Wittgenstein.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Pero ¿qué es aquello de lo que no es posible hablar pero sí mostrar? “La ética no puede expresarse porque es trascendental y, por lo tanto, está más allá de los límites del lenguaje.” Lo mismo sucede con la estética. Continúa Xirau haciendo referencia a algunas de las cuestiones de las que escribió Wittgenstein: la felicidad, el mundo de los felices, el mundo de los infelices, las amenidades de este mundo, la voluntad... <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Es o no Wittgenstein un hombre de fe? El mismo Wittgenstein afirmaba que no era religioso pero que no podía sino ver el mundo con ojos religiosos. Xirau no cree que Wittgenstein tuviera fe, pero sí que hubiera en él una <i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">posibilidad de fe</span></i>. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">El filósofo-místico escribió acerca de lo que significa creer en Dios (ver que con los hechos del mundo no basta, ver que la vida tiene un sentido, entender la cuestión acerca del sentido de la vida). Pero ¿en qué sentido usa Wittgenstein la palabra Dios? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Sobre esto, Xirau anota: “En algunos casos Dios es visto como el ser del cual dependemos y, así, la palabra <b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Dios </span></b>es sinónima de la palabra <b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Destino</span></b>; en otros caso la divinidad se escinde y adquiere un doble significado más allá de los límites: el mundo, considerado en su totalidad limitada, y el <b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Yo</span></b> dependiente (un yo que no es personal, sino trascendental). Estos varios y diversos sentidos de la palabra Dios no dejan de ser ambiguos.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Breve paréntesis al texto de Xirau. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Sobre la forma en que entendía o concebía Wittgenstein a Dios, Malcolm recuerda: “Wittgenstein me dijo una vez que él pensaba que podía comprender la concepción de Dios en tanto estaba envuelta en la conciencia del propio pecado y culpa. Añadió que no podía comprender la concepción de Dios como creador. Yo creo que las ideas de juicio divino, perdón y redención eran en cierto modo inteligibles para él, puesto que iban unidas en su mente a sentimientos de disgusto consigo mismo, a un fuerte anhelo de pureza y a un gran sentido de la impotencia del hombre para mejorarse.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Por su parte, Isidoro Reguera afirma que en los diarios que escribió Wittgenstein durante la guerra, las notas sobre Dios son escasas cuando no se siente amenazado, pero “Ante una situación horrorosa, típica del frente de batalla, las oraciones son diarias: que Dios le asista, proteja, ayude a vivir, esté con él, le dé fortaleza, le haga pasar el cáliz, se haga su voluntad, gracias y alabanzas le sean dadas, etc. Frente a depresión interior y desmoronamiento psíquico: le dé energía, fuerzas, fortaleza interior, ánimo alegre, lo salve y le regale la paz. Respecto al trabajo intelectual: le dé razón y fuerza, lo ilumine, etc. Y, sobre todo, frente a sus miserias morales: que Dios lo redima, lo mejore, lo ayude, lo convierta en un ser humano, entrega su alma a Dios.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Continuemos con Xirau. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Después de analizar el concepto de Dios en Wittgenstein, Xirau anota: “en Wittgenstein existe una <b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">posibilidad</span></b> de religión. Como Kiekegaard, Wittgenstein quiso realizar un <i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">saltummortale</span></i>; no parece que lo haya conseguido como lo consiguió –a través de amor y fe, a través de <b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">obra de amor</span></b>- Sören Kierkegaard.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Por qué Wittgenstein no dio ese salto mortal?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Desde mi punto de vista, para darlo (o no) es necesario poder plantearse dicha posibilidad, y una condición para poder plantearse la posibilidad es que el enigma exista, y Wittgenstein en su Tractatus nos dice que “No hay <i>enigma</i>.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Continúa diciendo que “Para una respuesta que no se puede expresar, la pregunta tampoco puede expresarse” y que “Si se puede plantear una cuestión, también se <i>puede</i> responder.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Dar el salto mortal es ofrecer una respuesta. Pero para Wittgenstein <i>esa</i> pregunta no puede siquiera plantearse. <o:p></o:p></span></div>
Martín Fragosohttp://www.blogger.com/profile/12503164160147312504noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1422066786432173884.post-78821514485535901232013-01-03T13:04:00.000-08:002013-01-03T15:28:31.091-08:004. Los problemas que preocupaban a Wittgenstein<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Si quienes ignoran la historia del pensamiento están destinados a volver a realizarla, aquellos que ignoran el contexto en que se hallan las ideas están destinados a malentenderlas. Tal es la sentencia que Allan Janik y Stephen Toulmin hacen en su obra <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">La Viena de Wittgenstein</b>. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿De qué problemas se ocupa Wittgenstein en su Tractatus? Hay dos interpretaciones principales, la primera dice que se ocupa de lógica, la segunda afirma que se ocupa de ética. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Recordemos que el propio filósofo se mostró en desacuerdo con las interpretaciones que se hicieron de su obra. De hecho, ni Russell (en la introducción que escribió para el Tractatus) ni Frege lo entendieron (Wittgenstein se desesperó ante las constantes explicaciones que tenía que estarle dando a Frege).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Los temas que ocupan la mayor parte del Tractatus son la lógica, la teoría del lenguaje, la filosofía de las matemáticas y la ciencia natural. En las cinco últimas páginas aparecen la ética, el solipsismo, la muerte y el sentido de la vida. ¿Qué conexión hay entre estas dos partes? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Una interpretación dice que ninguna. Al respecto Janik y Toulmin escriben: "Dada la clara desproporción del espacio que se dedica respectivamente a los preliminares lógico-filosóficos y a estos postreros aforismos teológico-morales, la tentación ha sido despachar las proposiciones finales como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">obiter dicta</i>; como si fuesen casuales nuevas ideas puestas por su efectismo al final de un juicio legal y que no poseen fuerza alguna verdadera subsiguiente, por no tener conexión jurídica con el caso en cuestión." Esta interpretación fue la que se hizo en Cambridge, ahí la obra de Wittgenstein era vista como de lógica y teoría del lenguaje. Así, el Tractatus se ocupaba de problemas técnicos de lógica filosófica y de la relación del lenguaje con el mundo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Pero hay otras interpretaciones del Tractatus. En Austria se interpretó como una obra de ética. Leemos: "Aquellos austríacos que estaban más estrechamente relacionados con Wittgenstein insisten en que todo lo que a éste podía interesarle, le interesaba desde un punto de vista ético; en este sentido a uno de ellos le recordaba directamente a Kierkegaard. El <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tractatus</i> a ojos de su familia y de sus amigos era algo más que un libro de ética; era un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">acto</i> ético, que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">mostraba</i> la naturaleza de la ética." <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Un tema fundamental para interpretar correctamente el Tractatus es el momento en que Wittgenstein se interesó en la filosofía. Veamos las dos principales interpretaciones:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">a) Después de su contacto con Frege y Russell. O al menos después de su contacto con la filosofía de las matemáticas cuando era estudiante de aeronáutica. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">b) Antes de conocer el trabajo de Frege y de Russell. Quienes proponen esta posibilidad mencionan que Wittgenstein ya tenía en mente problemas filosóficos y que pensó que podría resolverlos con los métodos lógicos de los dos filósofos mencionados. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Para decidir la cuestión Janik y Toulmin proponen examinar con qué escritores y pensadores estaba familiarizado Wittgenstein antes de contactar a Frege<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(Wittgenstein fue un pensador vienes formado en el ambiente neokantiano de antes de 1914), ver cuál era el ambiente en el que creció y los estudios que hizo (con Hertz y Boltzman): “¿qué grupo de problemas podríamos razonablemente esperar que se le presentasen como los problemas de la filosofía y como problemas respecto a los cuales las técnicas de la lógica de Russell le habilitarían para dar una solución inatacable, definitiva y, por tanto, final?”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Así, los dos autores concluyen que para comprender el Tractatus hay que comprender el entorno vienes (a su vez, comprender el Tractatus permitirá comprender dicho entorno).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Los autores no dejan de señalar que los oyentes ingleses de Wittgenstein desconocían que no pocos de los problemas en los que éste último trabajaba "habían sido discutidos por filósofos y psicólogos de lengua alemana desde antes de la Primera Guerra Mundial. Si se interponía una brecha intelectual entre él y nosotros no era a causa de que sus métodos filosóficos, su estilo de exposición y su temática fuesen únicos y sin paralelo. Era, más bien, signo de una colisión cultural: la colisión entre un pensador vienes, cuyos problemas intelectuales y cuyas actitudes personales habían sido igualmente formados en el ambiente neokantiano de antes de 1914, en el que la lógica y la ética estaban esencialmente conectadas entre sí y con la crítica del lenguaje (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sprachkrtik</i>), y un auditorio de estudiantes cuyas cuestiones filosóficas habían sido troqueladas por el empirismo neo-humeano (y por tanto, pre-kantiano) de Moore, Russell y sus colegas.”<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Entre quienes influyeron en Wittgenstein mencionan a los siguientes pensadores: Kierkegaard, Frege, Schopenhauer, Mauthner y Landauer.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Mencionan también que en la Viena de Wittgenstein toda persona educada discutía sobre filosofía. Este punto podría explicar la razón por la que Wittgenstein sentía desagrado por la filosofía académica. Janik y Toulmin mencionan que periodistas, músicos, escritores, abogados, etc. tenían una estrecha relación y podían hablar acerca de sus distintos intereses. Explican que la especialización intelectual y artística era algo desconocido en la vida cultural de la Viena de los últimos tiempos de los Habsburgo, en Austria, antes de 1914 no se veía a la filosofía como una disciplina autónoma y profesionalizada académicamente: "En la Viena de Wittgenstein toda persona instruida discutía sobre filosofía y consideraba que las conclusiones centrales del pensamiento kantiano se ajustaban precisamente a sus propios intereses, ya fuesen artísticos o científicos, ya legales o políticos. Lejos de ser la ocupación especializada de una disciplina autónoma y autosuficiente, la filosofía tenía para ellos múltiples facetas y estaba interrelacionada con todos los otros aspectos de la cultura contemporánea." <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Esta es la razón por la que Janik y Toulmin proponen que para comprender cuáles fueron los problemas filosóficos de los que Wittgenstein se ocupó en el Tractatus hay que estudiar el contexto político, social, ético, etc. de la Viena de 1900.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Anotan: "Si la cultura vienesa del novecientos se hubiese prestado a reflejar nuestras propias especializaciones, generalmente admitidas, entonces la separación, por ejemplo, de historia del arte y literatura podría ser verdad legítima y pertinente. Pero siendo las cosas como son, corremos con el riesgo de tener muy a la vista la interdependencia de las diferentes artes y ciencias vienesas."<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Entonces Wittgenstein contribuyó a la lógica y a la filosofía del lenguaje después de entrar en contacto con Russell (y habiendo abandonado la aeronáutica), sin embargo, el filósofo-místico pensaba usar esos trabajos para abordar los otros problemas que ya tenía en mente y que habían surgido en la cultura de la que formaba parte (Viena). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Ahora veamos lo que al respecto escribe </span><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif'; mso-bidi-font-family: Tahoma;">Paulo Roberto Margutti Pinto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<b><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Génesis</span></b><b><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif'; font-size: 15.5pt;"><o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">En el libro <b><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Del espejo a las herramientas. Ensayos sobre el pensamiento de Wittgenstein</span></b> encontramos 14 ensayos sobre la filosofía del autor del <i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Tractatus-LogicoPhilosophicus</span></i>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">El primero de ellos se titula “El <i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Tractatus</span></i> de Wittgenstein como obra de iniciación al silencio” y fue escrito por Paulo Roberto Margutti Pinto, profesor de la Universidad Federal de Minas Gerais, Brasil.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">El autor del ensayo considera que quienes leen y comprenden el Tractatus además de poder juzgar cuáles son los límites del lenguaje, también ven transformada radicalmente su actitud en la vida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Comienza su ensayo explicando dos sentidos de la palabra <i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">iniciación</span></i>: 1. Una introducción al conocimiento de cosas misteriosas o desconocidas. 2. Ritual preparatorio para introducir a alguien a los misterios de una religión o doctrina.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">En la iniciación como ritual hay dos procesos que se complementan: la muerte de la persona iniciada, “que deja de ser lo que era, a través de una experiencia traumática”, y el renacimiento, mediante el cual, la persona iniciada “se convierte en alguien diferente y mejor.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Margutti Pinto interpreta el Tractatus como una obra de iniciación; de tal forma que la muerte y el renacimiento se dan en la lógica y la ética. Gracias a esta iniciación se encuentra el sentido de la vida, específicamente el enigma de la vida en el mundo se resuelve gracias al misticismo. ¿Qué es este misticismo? Se puede dar respuesta de distintas formas, una de ellas es: La contemplación silenciosa de aquello que no puede decirse pero sí mostrarse.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Margutti explica lo que Wittgenstein escribió acerca de la lógica y el lenguaje, las consideraciones del filósofo austriaco sobre la ética y el misticismo, y la forma en que convergen la ética y la lógica para proporcionar una experiencia de iniciación.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Pero antes de desarrollar los temas mencionados, Margutti explica qué ideas influyeron en Wittgenstein, qué conceptos tenía en mente el filósofo-místico cuando comenzó su trabajo filosófico; en otras palabras, Margutti reconstruye la atmósfera intelectual y la problemática que motivaron el Tractatus. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Las ideas que estaban en la mente de Wittgenstein provenían de tres fuentes:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Las inquietudes místicas de Wittgenstein tienen su origen en James, Tolstoi, Shopenhauer y Weininger; su preocupación por cuestiones de lógica y ciencias naturales vienen de Hertz, Boltzmann, Frege y Russell; y su interés por los límites del lenguaje de Mauthner.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Ahora veamos más detalladamente las ideas de estas tres fuentes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<b><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Ética, religión y misticismo</span></b><b><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">James, Tolstoi, Shopenhauer y Weininger ponían “énfasis en el misticismo como la experiencia humana más significativa. Las ideas de estos autores convergen en el sentido de asumir la existencia de la experiencia mística, que consiste en la contemplación beatífica de una realidad más elevada, que sólo puede ser obtenida a partir de una revolución personal. En Weininger, esta revolución surge como una exigencia interior, como un imperativo categórico que debe ser satisfecho por todo aquel que quiera merecer seguir viviendo.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Wittgenstein llegó a plantearse el asunto de la siguiente forma: genio o muerte. En palabras de Ray Monk: </span><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">“La opción que ofrece la teoría de Weininger es ciertamente desoladora y terrible: genio o muerte (...) Los recurrentes pensamientos de Wittgenstein en torno al suicidio, entre 1903 y 1912, y el hecho de que estos pensamientos sólo amainaran tras el reconocimiento de su genio por parte de Russell, sugieren que él aceptó este imperativo con toda su terrorífica severidad.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">El cristianismo tolstoiano también influyó en Wittgenstein. Vimos ya que durante su participación como soldado durante la Primera Guerra Mundial, el filósofo-místico leyó los comentarios de Tolstoi a los Evangelios.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Wittgenstein hace una interpretación shopenhaueriana del cristianismo tolstoiano, al mismo tiempo que posee una moral basada en Weininger. Margutti explica lo anterior:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">“(En el cristianismo de Tolstoi) encontramos el verdadero sentido de la vida en la contemplación beatífica del eterno presente, a través de una victoria del espíritu sobre la carne. Vemos también que este cristianismo era entendido en una perspectiva shopenhaueriana, donde el <i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">espíritu</span></i> corresponde al <i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">sujeto trascendental</span></i>, que se encuentra en un ámbito fuera del espacio y del tiempo, y la <i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">carne</span></i> corresponde al <i><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">sujeto individualo empírico</span></i>, que constituye un fenómeno perteneciente al ámbito temporal. El sujeto trascendental y el mundo fenoménico son ambos manifestaciones trascendentalmente complementarias del mismo principio último de toda realidad, a saber, la voluntad. A esta perspectiva se añadía una rígida moral de tipo weiningeriano, que implica el deber interior de ser auténtico consigo mismo para encontrar el sentido de la vida. Aunque Wittgenstein creyese en estas ideas, le faltaba experimentar todavía la vivencia tolstoiana del eterno presente para convertirse en un hombre en sentido completo. Esta carencia lo dejaba existencialmente angustiado, ya que sus rígidas convicciones morales exigían implacablemente que descubriese el sentido de la vida o se suicidase. Esta carencia debía también motivarlo fuertemente, en el sentido de crear en su propia vida las condiciones favorables para experimentar la revolución interior.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<b><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Lógica, ciencia y crítica del lenguaje</span></b><b><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Cómo influyeron en Wittgenstein Hertz, Boltzman, Frege y Russell? Ellos creían que gran parte de los problemas científicos y filosóficos sólo podrían resolverse mediante el análisis lógico del lenguaje, ya que éste permitiría distinguir entre auténticos problemas y falsos problemas originados por los usos ilegítimos de los signos lingüísticos. Creían que el mundo podía ser descrito de manera lógica mediante el lenguaje científico.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Por su parte, Mauthner influye en Wittgenstein por su crítica del lenguaje: “Su descubrimiento más importante (de Mauthner) es que la realidad se halla siempre un paso más adelante del lenguaje, el cual, aun cuando luche desesperadamente por expresarla, jamás tendrá éxito en esta tarea. Desde este punto de vista, la experiencia mística es indescriptible y la ciencia de la naturaleza imposible. Mauthner defiende un escepticismo extremo, según el cual debemos dejar de hacer preguntas y buscar respuestas. Para él, una crítica del lenguaje es un acto al mismo tiempo suicida y redentor, que nos lleva a una única solución posible: el silencio total.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<b><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Una nueva delimitación</span></b><b><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Cómo comienza Wittgenstein a trabajar con las ideas ya expuestas? Wittgenstein creía que podía lograrse una descripción científica del mundo mediante una teoría de los modelos como la de Hertz y Boltzman, esa teoría podía complementarse con las técnicas de análisis lógico de Frege y Russell. Pero lo anterior entraba en conflicto con las ideas desarrolladas con Mauthner, quien -como vimos- consideraba imposible describir toda realidad y no dejaba otro camino que el del silencio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Wittgenstein consideraba que Mauthner acertaba sólo en parte. Acertaba cuando consideraba que el lenguaje resultaba inútil para describir las vivencias místicas (como creían los autores vistos en el apartado de ética, religión y misticismo), pero erraba al considerar imposible describir toda la realidad, ya que parecía posible una descripción científica del mundo. Si Mauthner estuviera completamente en lo cierto no podrían existir ni la física ni la metafísica (o carecerían de sentido). Pero si los científicos y lógicos tuvieran razón, significaría que el lenguaje podría expresar algo. Así, “era preciso establecer, de manera crítica y desde el interior del propio lenguaje, lo que puede y lo que no puede ser dicho. Parece que Wittgenstein sentía la necesidad de una nueva delimitación, la cual debería ser hecha a través de una crítica del lenguaje todavía más radical que la mauthneriana.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Cuáles son los alcances del Tractatus? Por un lado delimita entre lo que se puede decir (proposiciones de las ciencias naturales) y lo que sólo se puede mostrar (ética, estética, metafísica); por otro, también es un libro que revela el sentido de la vida, por ello -escribe Margutti- la comprensión de la filosofía tractariana implica, no sólo la aclaración relativa a los límites del lenguaje, sino también una transformación radical de actitud en la vida del lector.<o:p></o:p></span></div>
Martín Fragosohttp://www.blogger.com/profile/12503164160147312504noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1422066786432173884.post-72352854824065801732013-01-03T13:01:00.003-08:002013-01-03T13:01:53.796-08:005. Felicidad, santidad y pecado<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">“Dígales que mi vida fue maravillosa.” Tales fueron las últimas palabras de Ludwig Wittgenstein (la petición iba dirigida a la señora Bevan, esposa del médico que le atendía; el filósofo se encontraba viviendo con ellos). Hay quienes se asombran ante la frase, pues en muchas ocasiones Wittgenstein manifestó su infelicidad y odio a sí mismo; de hecho, la idea del suicidio pasó por su cabeza en diferentes etapas de su vida. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Llegó a expresar, entre otras cosas, que su vida era “una gran cochinada”, pues estaba llena de pensamientos y actos feos y mezquinos. También llegó a mencionar su temor a que sus demonios internos se desataran. Cuando tomó la decisión de renunciar a su fortuna y dedicarse a la enseñanza elemental en pueblos pobres, una de sus hermanas le comentó que no entendía sus razones, a lo que Wittgenstein contestó: “Me recuerdas a alguien que está mirando a través de una ventana cerrada y no puede explicarse los movimientos extraños de quien pasa por delante. No sabe qué tipo de <strong><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">tempestad</span></strong> hace estragos fuera ni que esa persona tal vez sólo con muchos esfuerzos puede tenerse en pie.” Wittgenstein buscaba la paz interior. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Tomando en cuenta lo anterior, ¿vivió o no una vida maravillosa?, ¿fue o no un hombre feliz? Wittgenstein –como veremos- escribió sobre la felicidad. Ahora me ocuparé de otro filósofo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Las relaciones entre Ludwig Wittgenstein y Bertrand Russell no se limitaban al trabajo filosófico. Wittgenstein era como un hijo para Russell, sin embargo llegaron a distanciarse debido a las diferentes maneras de ver asuntos éticos y religiosos (más adelante abundaré en ello). Wittgenstein estaba interesado en la santidad; de igual forma, se manifestó acerca del pecado y “el mundo del feliz”. Russell, por su parte, también se ocupó de esos temas; es de lo que trata este apartado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">A Wittgenstein no le agradó la obra en la que Russell se refirió a la santidad, la introspección y al sentimiento de pecado. Por lo expuesto a lo largo de este trabajo, es posible que Wittgenstein se sintiera atacado personalmente por Russell. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Antes veamos una de las circunstancias que hicieron que Wittgenstein pensara en quitarse la vida... <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">“No, no debe hacerse aeronauta.” dijo el hombre después de haber revisado aquel texto. La respuesta hizo que la idea del suicidio se alejara de la mente del joven. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<strong><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">La pasión de Wittgenstein</span></strong><b><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">“Creí que haría añicos todos los muebles de mi habitación, tan excitado estaba.” escribió el 23 de abril de 1912 Bertrand Russell, se refería a Ludwig Wittgenstein.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Por qué era Wittgenstein tan impulsivo?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">El 23 de octubre de 1906 Wittgenstein comenzó a estudiar ingeniería mecánica, poco a poco comienza a crecer su interés en los problemas filosóficos y decide anotar en un cuaderno sus reflexiones, en mayo de 1908 obtiene su diploma y meses más tarde comienza a estudiar aeronáutica. Mientras estudiaba aeronáutica comenzó a discutir cuestiones de matemáticas con otros estudiantes, entonces sucedió algo que sería de gran relevancia en su vida: llegó a sus manos el libro <em><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Los principios de la matemática</span></em> de Bertrand Russell.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Russell planteaba un problema que Wittgenstein se interesó en resolver (lo veremos líneas más abajo). A principios de 1909 Wittgenstein creyó encontrar la solución y la envió al matemático Philip E. B. Jourdain. Ni Russell ni Jourdain aceptaron su propuesta. Debido a esto, Wittgenstein continuó estudiando aeronáutica dos años más. Entonces se puso en contacto con GottlobFrege y Russell para presentar otra propuesta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Wittgenstein se estaba enfrentando a un conflicto: continuar en la aeronáutica o dedicarse a la filosofía. Para entonces Wittgenstein sabía que no tenía talento para la aeronáutica, pero no la abandonaba porque <strong><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">no sabía si tenía talento para la filosofía</span></strong><b>.<o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Comenzó a sufrir el hecho de verse estudiando aeronáutica; aunque tenía una beca, decidió dejar esos estudios en octubre de 1911, entonces pensó en escribir un libro de filosofía. Decide visitar a Frege, éste le recomienda realizar estudios con Bertrand Russell. El encuentro tuvo lugar el 18 de octubre, sobre éste, RayMonk escribe: “Wittgenstein necesitaba un mentor, Russell necesitaba un protegido”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Wittgenstein comenzó a asistir a las clases de Russell. El objetivo de Witgenstein era averiguar <strong><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">si tenía algún sentido abandonar la aeronáutica</span></strong>... lo tendría en caso de tener talento para la filosofía. Dentro y fuera de las clases Wittgenstein monopolizaba las discusiones. Cuando las clases finalizaban Wittgenstein continuaba discutiendo con Russell. Al respecto Russell escribió: “Mi amigo alemán amenaza con convertirse en un castigo, vino conmigo después de la clase y discutió hasta la hora de cenar... obstinado y contumaz, pero creo que no es estúpido.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Al finalizar el trimestre Wittgenstein deseaba saber si en opinión de Russell debía dedicarse a la filosofía, escribe Russell:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">“Mi alemán vacila entre la filosofía y la aviación; me preguntó si creía que él era un caso perdido para la filosofía, y le dije que no lo sabía pero que lo pensaría. Le pedí que me trajera algo escrito para ayudarme a juzgar. Tiene dinero, y está apasionadamente interesado por la filosofía, pero <strong><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">cree que no debería entregarle su vida a no ser que tenga talento</span></strong>. Es una gran responsabilidad, pues realmente no sé qué pensar de su capacidad.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">“¿Soy un idiota?” fue la pregunta que Wittgenstein le planteó a Russell, y explicó: “Porque si soy un idiota completo me haré aeronauta; pero, si no, me haré filósofo.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Después de las vacaciones, Wittgenstein visita a Russell, le lleva el escrito que le había pedido. “Ciertamente le daré ánimos. Quizá haga algo grande.”, pensó Russell. De hecho, Russell pronto llegó a la conclusión de que Wittgenstein sería su sucesor: “Le aprecio y tengo la sensación de que resolverá los problemas que yo ya no puedo solucionar por demasiado viejo..., todos los problemas suscitados por mi trabajo requieren una mente clara y vigor de la juventud. Él es el joven que uno espera encontrar.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Esto <strong><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">le salvó la vida</span></strong> a Wittgenstein. Durante ocho años había pensado en el suicidio, de hecho, había llegado a avergonzarse de no haberse quitado la vida. El propio Wittgenstein comentó lo anterior con su amigo David Pinsent.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Y le salvó la vida porque Wittgenstein no estaba dispuesto a dedicarse a la filosofía si no se consideraba capaz de realizar algo importante, algo verdaderamente grande. <strong><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Genio o muerte</span></strong>, pensaba.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Una de las obras que más impactaron a Wittgenstein –lo vimos más arriba- durante su adolescencia fue el libro <em><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Sexo y carácter</span></em> de Otto Weininger. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">En una carta a George Edward Moore, Wittgenstein expresó: “Querido Moore: Gracias por su carta. Comprendo que usted no admire mucho a Weininger, a causa de esa abominable traducción y el hecho de que W. Debe serle muy extraño. Es verdad que es fantástico, pero es <i>grande</i> y fantástico. No es necesario estar de acuerdo con él, o mejor dicho no es posible, pero su grandeza reside en aquello con lo que discrepamos. Es su enorme error lo que es grande. Esto es, hablando rápidamente, si usted agrega un “” a todo el libro, dice una verdad importante. Pero será mejor que hablemos del libro cuando vuelva.” <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Monk se pregunta: “¿por qué Wittgenstein admiraba tanto el libro? ¿Qué aprendió de él? De hecho, dado que sus pretensiones de biología científica son claramente falsas, que su epistemología es obviamente absurda, su psicología primitiva y sus prescripciones éticas detestables, ¿qué pudo tal vez aprender de esa obra?” ¿Qué impresionó de este libro a Wittgenstein?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Weininger se quitó la vida a los veintitrés años, sobre esto escribe Monk: “El hecho de que se quitara la vida no fue visto como una cobarde huida del sufrimiento, sino como un hecho ético, la valiente aceptación de una conclusión trágica”. Weininger había sido congruente con sus propuestas. Según Weiniger el Hombre (no la Mujer) puede <strong><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">elegir</span></strong>, y puede acercarse a la genialidad si elige lo masculino, la conciencia, la voluntad y el amor. En resumen: “La opción que ofrece la teoría de Weininger es ciertamente desoladora y terrible: <strong><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">genio o muerte</span></strong> (...) Los recurrentes pensamientos de Wittgenstein en torno al suicidio, entre 1903 y 1912, y el hecho de que estos pensamientos sólo amainaran tras el reconocimiento de su genio por parte de Russell, sugieren que él aceptó este imperativo con toda su terrorífica severidad.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Durante su infancia Wittgenstein no mostró algún talento en especial, de ahí que se dedicara a cuestiones técnicas, y que llegara a ser estudiante de ingeniería. Cuenta Monk que hasta los catorce años Wittgenstein se sintió satisfecho rodeado por el genio, en lugar de poseerlo. En cierta ocasión, a las tres de la mañana encontró a su hermano Hans tocando el piano; Hans estaba absorto, concentrado por completo en lo que tocaba. Eso era estar poseído por el genio. Con Los principios de la matemática, Ludwig Wittgenstein encontró “un tema en el que podía quedarse tan absorto como su hermano Hans mientras tocaba el piano, un tema en el que podía tener la esperanza de hacer una contribución no sólo valiosa, sino <em><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">grandiosa</span></em>.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Para Wittgenstein la genialidad era un deber, encontró motivos para vivir al saberse poseedor de talento para la filosofía. Lo que se exigía moralmente también lo hacía sufrir: antes que un filósofo debía ser un hombre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Hemos visto su intento por ser un santo y su admiración por la santidad de Kierkegaard. Pero creo que es importante recordar que para Wittgenstein había tres experiencias importantes en la vida: el asombro ante la existencia, la sensación de seguridad y la culpa. Sobre esta última escribió: “el sentimiento de que haga lo que haga no estoy en orden con mi deber, que soy culpable en sí”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<strong><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">La filosofía de Bertrand Russell</span></strong><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Antes de ver lo que Russell escribió sobre la felicidad, el pecado y la santidad, veamos algunos aspectos generales de su obra (no me extiendo en este punto, pues no es el tema del presente trabajo).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Ramón Xirau explica: “Russell renuncia a la metafísica tradicional. No cree que pueda probarse nada acerca de la existencia de Dios, del alma o del universo como sustancia. No renuncia a la metafísica en cuanto piensa que existe y debe existir una concepción del mundo.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">De igual forma, afirma que la obra de Russell puede dividirse en cuatro:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">1. Obras lógicas: Los principios del conocimiento y Principia mathematica (ésta última en colaboración con Alfred North Whitehead).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">2. Obras filosóficas: El conocimiento humano, su alcance y sus límites; Análisis de la materia; Análisis de la conciencia; La filosofía de Leibniz; Investigación acerca del significado y de la verdad y Mi desarrollo filosófico.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">3. Ensayos: El impacto de la ciencia en la sociedad, Autoridad e individuo, Mística y lógica y El concepto de la felicidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">4. Obras de divulgación: El A.B.C. de la relatividad e Historia de la filosofía occidental.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Al quedar huérfanos, Bertrand Russell (de seis años) y su hermano Frank se mudaron con sus abuelos paternos. Bertrand recibió su educación no en un colegio sino en casa. A los once años comenzó a estudiar geometría euclideana con su hermano. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Demostrar teoremas a partir de axiomas y/o teoremas demostrados con anterioridad provocó gran placer intelectual a Bertrand Russell, de hecho, esa satisfacción marcaría su vida. A pesar de las explicaciones de su hermano, Bertrand pensó que los axiomas también debían demostrarse y no simplemente ser aceptados. Este pensamiento lo acompañó hasta la edad adulta. Así, Russell se ocupó del fundamento de las matemáticas; se convenció de que tal fundamento estaba en la lógica (por otro lado, usó el concepto de clases o conjuntos para <i style="mso-bidi-font-style: normal;">construir</i> los números naturales). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Russell y Alfred North Whitehead intentaron establecer el fundamento lógico del lenguaje matemático.GottlobFrege también trabajó en el proyecto logicista. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Para Frege, las verdades de la aritmética (más no las de la geometría) podían deducirse de la lógica. Al ocuparse de este proyecto, Frege –en su <i>Conceptografía</i> de 1879- introdujo una notación (“para todo”, “para al menos un”) que permitió la cuantificación de una gran cantidad de argumentos. Posteriormente Russell y Alfred North Whithead usaron una notación menos extensa en sus <i>Principia Mathematica</i>(1910-1913). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">El sistema lógico de Frege daba lugar a una paradoja, ésta se la hizo notar Russell. Se trata de la siguiente pregunta: ¿Se contiene a sí mismo como elemento el conjunto de todos los conjuntos que no se contienen a sí mismos como elementos? Fue esta paradoja la que Wittgenstein creía haber resuelto y la que le mostró a Philip E. B. Jourdain. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">De ahí que Frege introdujera cambios en sus <i>Leyes básicas de la aritmética</i> (1902) pero abandonó su proyecto. Russell continuó trabajando en éste. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Xirau explica que la lógica matemática o simbólica nació cuando los filósofos y matemáticos se ocuparon del surgimiento de geometrías no euclidianas internamente consistentes pero contradictorias entre sí. Ésta fue fundada por George Boole, y sus continuadores fueron Ernst Schröder, Giuseppe Peano y el mismo Frege.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿De qué otros problemas se ocupaban GottlobFrege y Bertrand Russell? Los dos filósofos se ocuparon de la filosofía del lenguaje y de la filosofía de las matemáticas. Ambos se planteaban el problema de la identidad (¿qué debemos entender por igualdad?, ¿es una relación?, ¿de qué tipo?, y más importante ¿entre qué: entre objetos, entre signos? ¿Es lo mismo ‘a=a’ que ‘a=b’?). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">En 1928, durante un congreso de matemáticas, David Hilbert, preocupado por el tema del fundamento de las matemáticas, planteó que debían abordarse las siguientes tres preguntas: <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm 5pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif'; mso-bidi-font-family: 'Trebuchet MS'; mso-fareast-font-family: 'Trebuchet MS';"><span style="mso-list: Ignore;">a)<span style="font: 7pt 'Times New Roman';"> </span></span></span><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Son completas? Es decir, ¿puede probarse o refutarse cualquier enunciado matemático? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm 5pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif'; mso-bidi-font-family: 'Trebuchet MS'; mso-fareast-font-family: 'Trebuchet MS';"><span style="mso-list: Ignore;">b)<span style="font: 7pt 'Times New Roman';"> </span></span></span><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Son consistentes? Planteado de otra forma: ¿puede probarse que un enunciado matemático falso no puede derivarse de una secuencia de pasos válidos? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm 5pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif'; mso-bidi-font-family: 'Trebuchet MS'; mso-fareast-font-family: 'Trebuchet MS';"><span style="mso-list: Ignore;">c)<span style="font: 7pt 'Times New Roman';"> </span></span></span><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿Son decidibles? Es decir, ¿existe un método definido, aplicable en principio a cualquier enunciado, que permita llegar a la decisión de si el enunciado en cuestión es verdadero? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">En 1931 apareció el texto <i>Sobre las proposiciones formalmente indecibles de los Principia Mathematica y sistemas conexos</i>. Se trataba de la respuesta de KurtGödel al programa planteado por Hilbert. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Gödel mostraba que no puede probarse la consistencia de las matemáticas, y que si se asumen consistentes no puede probarse que sean completas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">El trabajo de Gödel terminó con el proyecto logicista, pues mostraba que a diferencia de lo que sucede en las matemáticas, en la lógica todas las verdades pueden demostrarse. De ahí que lógica y matemáticas sean distintas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Gödel no afirmaba nada acerca del tercer problema, el de si las matemáticas son decidibles. Cabía la posibilidad de que existiera un método para distinguir entre las proposiciones que se pueden probar y las que no. De este tema se ocupó Alan Turing (1912-1954). La respuesta que dio fue negativa. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">El posible método para responder a la decibilidad no se centraba en enunciados o proposiciones sino en el cómputo de números, es decir, se trataba de un problema equivalente. Entonces planteó lo que se conoce como Máquinas de Turing, éstas serían máquinas (con memoria infinita) que llevarían a cabo paso a paso operaciones computables.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<h3 style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Trebuchet MS; font-size: small;">Russell, el ateo</span></span></h3>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">En marzo de 1927 Russell dio una conferencia titulada Por qué no soy cristiano, en ésta presentó una refutación a los principales argumentos a favor de la existencia de Dios y una visión crítica acerca de Cristo y de la religión. Posteriormente se publicó una antología con textos de Russell, misma que incluía la mencionada conferencia y un debate sobre la existencia de Dios y que sostuvo en 1948 con un sacerdote, además de otros textos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Este filósofo consideraba, entre otras cosas, que todas las grandes religiones del mundo son falsas y dañinas; que la fe no es una virtud, de hecho consideraba que basar en pruebas nuestras convicciones “curaría la mayoría de los males que padece el mundo”; que en la mayoría de las religiones hay dogmas éticos específicos que causan daño (como la condenación católica del control de la natalidad); y que el miedo es la verdadera razón por la que la gente tiene religión (y el miedo es el padre de la crueldad, por ello “no es de extrañar que la crueldad y la religión vayan de la mano”).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">En 1921 Wittgenstein y Russell se distanciaron, en parte debido a sus diferentes maneras de vivir y entender la religiosidad. Hacia aquella época Wittgenstein se hallaba en la cúspide de su ardor místico y Russell exponía su ateísmo de forma más que directa. Wittgenstein se sentía apenado de que Russell no fuera cristiano, incluso, el filósofo-místico trataba de encausar a Russell a la contemplación religiosa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Otra diferencia entre Wittgenstein y Russell se debía a lo que consideraban oportuno para cambiar el mundo. Wittgenstein creía que todo lo que puede hacer alguien para cambiar el mundo es cambiarse a sí mismo, Russell creía en la fuerza de las organizaciones sociales. Russell se interesó en luchar por la paz del mundo (junto con Einstein fundó un movimiento en contra del armamentismo nuclear), algo que desaprobó Wittgenstein; Russell se molestó y le dijo: “Bueno, supongo que <em><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">tú</span></em> preferirías fundar una Asociación Mundial para la Guerra y la Esclavitud”, Wittgenstein, harto de discutir, simplemente dijo: “Sí, eso es lo que preferiría.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Y esto nos acerca al tema de la felicidad. En el prefacio de Por qué no soy cristiano, Russell escribió:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">“El mundo que querría ver sería un mundo libre de la virulencia de las hostilidades de grupo y capaz de realizar la felicidad para todos mediante la cooperación, en lugar de mediante la lucha. Querría ver un mundo en el cual la educación tienda a la libertad mental en lugar de a encerrar la mente de la juventud en la rígida armadura del dogma, calculado para protegerla durante toda su vida contra los dardos de la prueba imparcial. El mundo necesita mentes y corazones abiertos, y estos no pueden derivarse de rígidos sistemas, ya sean viejos o nuevos.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">La primera idea que podemos apuntar sobre la felicidad –tomando en cuenta lo anterior- es que para Russell uno de los pasos para conquistarla consiste en eliminar las supersticiones y prejuicios que nacen de la religión.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<strong><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Buscando la felicidad</span></strong><b><span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';"><o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Es posible ser feliz. Tal es la tesis que expone Russell en su libro <em><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">La conquista de la felicidad</span></em>. En esta obra no hay filosofías profundas ni gran erudición, tan sólo sentido común. ¿Qué pretendía Russell con esta obra? Sugerir a la gente que es infeliz –y que no disfruta tal estado- un método de escape.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿A quién se dirige Russell? No a las personas sometidas a un sufrimiento extremo, no a aquellos que están muy enfermos, tampoco a quienes han perdido a sus seres queridos. Su obra va dirigida a aquellos que gozan de buena salud y que tienen ingresos suficientes. Escribe Russell: “Mi intención es sugerir una cura para la infelicidad cotidiana normal que padecen casi todas las personas en los países civilizados, y que resulta aún más insoportable porque, no teniendo una causa externa obvia, parece ineludible.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">La obra está dividida en dos partes, en la primera se ocupa de las causas de la infelicidad, en la segunda de las causas de la felicidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Russell comienza su obra identificando algunas causas por las que la gente no es feliz, a pesar de poder serlo: “Creo que esta infelicidad se debe en muy gran medida a conceptos erróneos, a <strong><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">éticas erróneas</span></strong>, a hábitos de vida erróneos, que conducen a la destrucción de ese entusiasmo natural, ese apetito de cosas posibles del que depende toda la felicidad, tanto de las personas como la de los animales. Se trata de cuestiones que están dentro de las posibilidades del individuo, y me propongo sugerir ciertos cambios mediante los cuales, con un grado normal de buena suerte, se puede alcanzar esta felicidad.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Russell escribe sobre su relación con el concepto de felicidad. Afirma que tuvo que aprender a ser feliz. “Harto del mundo y agobiado por mis pecados”, era su frase favorita cuando niño. De adolescente pensó varias veces en el suicidio, ¿qué le salvó la vida? su deseo de aprender matemáticas. ¿Cuándo alcanzó la felicidad? Cuando cambió sus actitudes y sus objetos de deseo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Wittgenstein pensaba mucho sobre sus pecados y sobre su “falta de decencia”; y esos pensamientos le hacían sufrir. Russell afirma que lo que realmente le permitió alcanzar la felicidad fue dejar de ser extremadamente introspectivo:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">“Como otros que han tenido una educación puritana, yo tenía la costumbre de meditar sobre mis pecados, mis fallos y mis defectos. Me consideraba a mí mismo –y seguro que con toda razón- un miserable. Poco a poco aprendí a ser indiferente a mí mismo y a mis deficiencias; aprendí a centrar la atención, cada vez más, en objetos externos: el estado del mundo, diversas ramas del conocimiento, individuos por los que sentía afecto. Es cierto que los intereses externos acarrean siempre sus propias posibilidades de dolor: el mundo puede entrar en guerra, ciertos conocimientos pueden ser difíciles de adquirir, los amigos pueden morir. Pero los dolores de este tipo no destruyen la cualidad esencial de la vida, como hacen los que nacen del disgusto por uno mismo. Y todo interés externo inspira alguna actividad que, mientras el interés se mantenga vivo, es un preventivo completo del <em><span style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">ennui</span></em>. En cambio, el interés por uno mismo no conduce a ninguna actividad de tipo progresivo. Puede impulsar a escribir un diario, a acudir a un psicoanalista, o tal vez a hacerse monje. Pero el monje no será feliz hasta que la rutina del monasterio le haga olvidarse de su propia alma. La felicidad que él atribuye a la religión podría haberla conseguido haciéndose barrendero, siempre que se viera obligado a serlo para toda la vida. La disciplina externa es el único camino a la felicidad para aquellos desdichados cuya absorción en sí mismos es tan profunda que no se puede curar de ningún otro modo.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">¿En qué medida la infelicidad de Wittgenstein se debía a que practicaba en demasía la introspección?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Russell se refiere al “pecado” en dos apartados de la primera parte de su libro: en “¿Qué hace desgraciada a la gente?” y en “El sentimiento de pecado.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">En el primer apartado le dedica unas palabras al hecho de sentirse pecador, esto es a estar absorto en la conciencia del pecado. El hombre que se siente pecador “está constantemente incurriendo en su propia desaprobación, que, si es religioso, interpreta como desaprobación de Dios. Tiene una imagen de sí mismo como él cree que debería ser, que está en constante conflicto con su conocimiento de cómo es.” Las anteriores palabras describen la forma en que Witgenstein se sentía.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Para Russell estos sentimientos tienen su origen en las enseñanzas que se reciben en la infancia. ¿Qué cosas son pecado? Decir malas palabras, fumar, tomar alcohol y el sexo, entre otras cosas. Al menos eso se enseña a los niños. Tales máximas podrán ser falsas o absurdas, pero es lo que en el fondo sigue aceptando el hombre que se siente pecador. Russell escribe: “Para estas víctimas de la ‘virtud’ maternal, el primer paso hacia la felicidad consiste en liberarse de la tiranía de las creencias y amores de la infancia.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Posteriormente el filósofo le dedica al sentimiento de pecado un apartado completo “porque es una de las más importantes causas psicológicas de infelicidad en la vida adulta.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Aquí afirma que el “hombre pecador” no se percata del origen de su código moral: “El mayor placer de su vida era ser tratado con cariño por su madre o, si esta no le hacía caso, por su niñera, y este placer solo podía obtenerlo cuando no había constancia de que hubiera pecado contra el código moral. Y así llegó a asociar algo vagamente horrible a toda conducta que su madre o su niñera desaprobaban. Poco a poco, al hacerse mayor, olvidó de dónde procedía su código moral y cuál había sido en un principio el castigo por desobedecerlo, pero no prescindió del código moral ni dejó de sentir que algo espantoso le ocurría si lo infringía.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Lo anterior no quiere decir que toda la educación moral que reciben los niños esté equivocada, pero sí que una gran parte de ella carece de bases racionales. No propone Russell renunciar a la moral, propone renunciar a la moral supersticiosa. Un hombre que dice groserías, por ejemplo, no es peor que otro que no las dice. Otro ejemplo que apunta Russell es el del tabaco, un santo no fumaría ¿cierto? “Quien opina que ningún santo debería fumar se basa, en último término, en la opinión de que ningún santo haría algo sólo porque le produce placer. Este elemento ascético de la moral corriente es ya casi subconsciente, pero actúa en todos los aspectos que hacen irracional nuestro código moral. Una ética racional consideraría loable proporcionar placer a todos, incluso a uno mismo, siempre que no exista la contrapartida de algún daño para uno mismo o para los demás. Si prescindiéramos del ascetismo, el hombre virtuoso ideal sería el que permitiera el disfrute de todas las cosas buenas, siempre que no tengan malas consecuencias que pesen más que el goce.” Una educación moral severa hará que los individuos, antes de los seis años, relacionen el sexo con el pecado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Para superar el sentimiento examinado, Russell propone la reflexión crítica: el hombre “pecador” debe examinar aquellas actividades consideradas pecaminosas, y si la razón le dice que nada hay de malo en alguna de ellas, deberá esforzarse por “contrarrestar las marcas que dejaron su madre o su niñera cuando era niño”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Russell apunta que hay actos dañinos (el maltrato a la esposa y a los hijos, por ejemplo) que no suelen causar remordimiento en quien los comete, ¿por qué es así? Porque la ética que se enseña es irracional: “Nuestra moral oficial ha sido formulada por sacerdotes y por mujeres mentalmente esclavizados. Ya va siendo hora de que los hombres que van a participar normalmente en la vida normal del mundo aprendan a rebelarse contra esta idiotez enfermiza.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">El sentimiento de pecado –explica Russell- no es el mejor método para acceder a un modo de vida mejor, ya que este sentimiento atenta contra el respeto a uno mismo, no contribuye a una vida mejor, hace desdichado al hombre y le hace sentirse inferior; el hombre atormentado por el sentimiento de pecado no podrá ser generoso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">Otro punto a resaltar de su exposición (ya antes mencionado) es el de la introspección. Si bien Russell considera importante revisar críticamente nuestras convicciones morales, no cree que se deba exagerar el autoexamen, hacerlo aumentaría la concentración en uno mismo, y eso “forma parte de la enfermedad que se quiere curar, ya que la personalidad armoniosa se proyecta hacia el exterior (...) dado que el principal aspecto de la racionalidad es la armonía interior, el hombre que la consigue es más libre en su contemplación del mundo y en el empleo de sus energías para lograr propósitos exteriores que el que está perpetuamente estorbando por conflictos internos. No hay nada tan aburrido como estar encerrado en uno mismo, ni nada tan regocijante como tener la atención y la energía dirigidas hacia fuera. Nuestra moral tradicional ha sido excesivamente egocéntrica, y el concepto de pecado forma parte de este universo que centra toda la atención en uno mismo.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 5pt 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: 'Trebuchet MS','sans-serif';">A Wittgenstein no le agradaban las obras que Russell escribía para el gran público, La conquista de la felicidad le pareció vomitiva. Como mencioné al inicio, es posible que Wittgenstein se sintiera personalmente atacado por la obra de Russell.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
Martín Fragosohttp://www.blogger.com/profile/12503164160147312504noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1422066786432173884.post-32671995453019945122013-01-03T12:59:00.001-08:002013-01-03T16:42:21.335-08:006. Una casa para los dioses“El trabajo en filosofía es como lo es también<br />
en gran parte el trabajo en arquitectura<br />
en gran medida el trabajar en uno mismo.<br />
En la propia comprensión.<br />
En la manera de ver las cosas.<br />
(Y en lo que uno exige de ellas).”<br />
Ludwig Wittgenstein<br />
<br />
<br />
<b>La lógica encarnada</b><br />
<br />
Vimos que Ludwig Wittgenstein fue maestro de escuela rural de 1920 a 1926. El “caso Haidbauer” motivó que Wittgenstein renunciara a la enseñanza. Josef Haidbauer –quien en 1926 tenía once años- se desmayó después de haber sido golpeado por Wittgenstein.
El hecho causó bastante revuelo, y aunque uno de los inspectores escolares le comentó a Wittgenstein que no habría consecuencias y que podría seguir enseñando, el filósofo decidió retirarse de la enseñanza.<br />
<br />
Ray Monk cuenta que para Wittgenstein fue una gran humillación el juicio al que se le sometió; el filósofo aplicaba castigos corporales a sus alumnos y al parecer durante el juicio mintió al respecto. Monk explica que la sensación de fracaso moral acompañó a Wittgenstein durante diez años.<br />
<br />
El filósofo-místico enseñó en Otterthal de 1924 a 1926. Abandonó el pueblo pero no regresó a su casa en Viena, no se sentía preparado para ello. Encontró trabajo como jardinero en un monasterio, durante tres meses durmió en el cuarto de herramientas del jardín. El tres de junio de 1926 falleció su madre, fue entonces cuando regresó a casa. ¿Qué sucedió al llegar? En palabras de Monk: “A su llegada a Viena se le ofreció una especie de terapia laboral que, contrariamente a su trabajo de jardinero, le imponía la obligación de colaborar con otras personas, a fin de ayudarle a regresar a la sociedad. Además le daría la oportunidad de poner en práctica sus firmes opiniones acerca de estética arquitectónica. Se le pidió, tanto de parte de su hermana Gretl como por parte de Engelmann, que colaborara con éste en el diseño y la construcción de la nueva casa de Gretl.”<br />
<br />
Paul Engelmann ya había sido arquitecto de los Wittgenstein, por ello es que Gretl pensó en él para la construcción de su casa. Ludwig Wittgenstein supo del proyecto un año antes de dejar Otterthal y se había mostrado bastante entusiasmado. Engelmann creía que era Wittgenstein quien realmente comprendía los deseos de Gretl, de ahí que le invitara a unirse al proyecto.<br />
<br />
Aunque Engelmann realizó los primeros bosquejos, todo el crédito se lo dio a Wittgenstein: “Él fue el arquitecto, no yo, y aunque la planta de distribución ya estaba hecha antes de que él se sumara al proyecto, considero que el resultado es un logro suyo y no mío.”<br />
<br />
El plano definitivo es del 13 de noviembre de 1926 y en el sello se lee: “P. Engelmann & L. Wittgenstein, Arquitectos.”
Sobre el papel de Wittgenstein en la construcción de esta casa, Monk explica:<br />
<br />
“Su papel en la concepción de la casa se centró primordialmente en el diseño de las ventanas, puertas, cerraduras, y radiadores. Tal cosa no resulta tan marginal como puede parecer en un principio, pues precisamente estos detalles son los que otorgan su distintiva belleza a una casa que de otro modo sería bastante vulgar e incluso fea. La falta absoluta de cualquier decoración exterior ofrece una severa apariencia, mitigada sólo por la elegante proporción y meticulosa ejecución de los diseños de Wittgenstein. De este modo, los detalles lo son todo, y Wittgenstein supervisó su construcción con una exactitud casi fanática.” Esta <i>exactitud casi fanática</i> la veremos en detalle más adelante.<br />
<br />
Hermine Wittgenstein afirmaba que la casa no estaba bien para ella, pero sí para Gretl, quien procuraba rodearse de cosas originales e imponentes. Hermine se expresó de la casa de la siguiente forma:<br />
<br />
“...aunque yo admiraba la casa muchísimo, siempre supe que no quería ni habría podido vivir en ella. Me parecía más una residencia para dioses que para un pequeño mortal como yo, y al principio incluso tuve que superar una leve oposición interior a esa ‘lógica encarnada en casa’, como yo la llamaba, a su perfección y a su monumentalidad.<br />
<br />
Monk explica las consideraciones de Hermine: “Resulta fácil comprender ese ligero aborrecimiento. La casa fue diseñada prestando poca atención a las comodidades de los mortales ordinarios. Las cualidades de claridad, rigor y precisión que la caracterizan son algo que uno buscaría en un sistema de lógica y no en un lugar de residencia. Al diseñar el interior, Wittgenstein hizo pocas concesiones al confort doméstico. Alfombras, candelabros y cortinas fueron severamente rechazados. Los suelos eran de una oscura piedra pulimentada, las paredes y el techo estaban pintados de un color ocre claro, el metal de las ventanas, los tiradores de las puertas y los radiadores quedaron sin pintar, y las habitaciones estaban iluminadas con bombillas desnudas.”<br />
<br />
¿Cómo explicar todas estas características de la casa?, ¿qué tan en serio se tomó Wittgenstein este trabajo? Monk piensa que Wittgenstein vio en la arquitectura “una nueva manera de volver a crearse a sí mismo.”<br />
<br />
<br />
<b>La atracción por Wittgenstein</b><br />
<br />
Andoni Alonso Puelles es el autor del libro <b>El arte de lo indecible (Wittgenstein y las vanguardias)</b>. Alonso Puelles aborda la influencia de Wittgenstein en la literatura, la arquitectura, las artes plásticas y la música.<br />
<br />
Antes de ver lo que se comenta en la parte dedicada a la arquitectura, comentemos algo sobre el prólogo -texto escrito por Isidoro Reguera- y sobre la introducción.<br />
<br />
¿De qué forma ha influido Wittgenstein en el arte? Es posible hablar de dos tipos de influencia. Por un lado, está lo que el filósofo expresó sobre la estética; por el otro, está el propio Wittgenstein como materia artística. De ambas leemos en el prólogo.<br />
<br />
Reguera opina que en el arte ha influido más la personalidad del autor del Tractatus Logico-Philosophicus que su pensamiento sobre estética: “Porque es más bien, en efecto, su figura extraña y carismática, culpabilizada y arrogante, ensimismada hasta el solipsismo, íntegra hasta la neurosis, fronteriza a la locura y al suicidio, es más bien el tinte general de genialidad que preside su talante personal en cualquier aspecto de su vida, su aura de santón o de gurú, es más bien todo eso que su filosofía el halo de misterio que ha despertado la musa de los artistas.”<br />
<br />
El prólogo examina cuestiones como la filosofía de Wittgenstein, lo místico, la tarea de la filosofía, el mundo de lo indecible, el arte en el siglo XX...<br />
<br />
Recordemos que Wittgenstein se interesaba en los límites, distinguía entre lo decible y lo indecible, entre lo que se puede decir y lo que se puede mostrar, entre el sentido y el sinsentido. La ética y la estética pertenecen al mundo de lo que se debe callar. Reguera explica:<br />
<br />
“El juego estético de Wittgenstein con lo inefable es místico. No es teórico porque de lo inefable no puede haber teorías. De modo que su estética, en cuanto mística, no quiere ser teoría del arte. Para el primer Wittgenstein, una teoría así sería absurda porque no diría nada; y para el segundo, se reduciría nada más que a una especie de interjeccionismo sentimental: es decir, cualquier supuesta explicación teórica del arte no diría más (porque no reflejaría más) que los sentimientos (inefables) que manifestamos en la contemplación estética exclamando, inmediata, no teóricamente, cosas como ah! oh! qué bonito! etc. (...) ¿Por qué no hay teoría del arte? Porque el arte mostraría lo místico, sin nombrarlo, sin hablar de ello; o, mejor, porque lo místico se mostraría sin nombre o sin lenguaje (lógico) en él. Y ¿qué es lo místico? ¡Ah! Lo indecible. Algo oscuro, objeto nada más de sentimientos o intuiciones; a lo cual pertenece, junto con lo estético, lo ético o lo religioso; es decir, todo aquello que sea objeto de valoración y no de conocimiento por parte del hombre. Lo bello, lo bueno, lo sagrado no son objetos empíricos del mundo a los que uno pueda referirse con un lenguaje lógico: son en el fondo nada más que valoraciones que hacemos de los objetos del mundo y del propio mundo como tal; es decir, son los objetos del mundo, y el propio mundo como un todo objetivo, vistos a la luz de otra mirada: una mirada eterna, o <i>sub specie aeterni</i>, en cuanto ella no mira con los condicionamientos de espacio y tiempo de la ciencia y de su lógica. No mira la facticidad concreta de las cosas: mira a su valor, que no se ve. Por eso es una mirada eterna.”<br />
<br />
En la introducción, Alonso Puelles se pregunta sobre las razones por las que la figura de Wittgenstein ha resultado fascinante para muchos artistas. Hay elementos que se conjugan para hacer atrayente al filósofo: su genialidad, que le permitió revolucionar la filosofía no una sino dos veces, la primera con el Tractatus, la segunda con las Investigaciones Filosóficas; el atractivo romántico que despierta la aniquilación de la filosofía; y su biografía, sobre ésta, el autor escribe: “genio precoz, soldado en busca de la muerte, arquitecto, artista, asceta que renuncia a su fortuna, exiliado por voluntad propia... Sin duda alguna, su vida entendida como un ejemplo ético es uno de los aspectos más atractivos. La renuncia a su fortuna, su afán de soledad y ascetismo, sus tormentos personales, su vida al borde del suicidio o de la locura y su inflexible código moral, han permitido crear una figura idealizada. Aunque también en el examen de su biografía algunos comentaristas proyectan supuestas sombras como la homosexualidad; esto originó agrios debates entre legatarios y estudiosos.”<br />
<br />
Hacia el final de la introducción, el autor escribe sobre la importancia de los aspectos biográficos para comprender la filosofía de Wittgenstein; vida y obra no pueden separarse: “la obra prolonga una actitud vital y la actitud vital se materializa en la obra.”<br />
<br />
¿En qué géneros artísticos se ha mostrado el interés por Wittgenstein? Novela, poesía, teatro, cine, música, arquitectura y artes plásticas. <br />
<br />
<br />
<b>Wittgenstein ¿filósofo indescifrable o artista incomprendido? </b><br />
<br />
¿Qué podemos conocer? De eso se ocupó Ludwig Wittgenstein en su Tractatus Logico-Philosophicus. El filósofo-místico resuelve (o más bien disuelve) los problemas filosóficos al distinguir entre lo decible y lo indecible.<br />
<br />
Según lo manifestado en el Tractatus existe la posibilidad de llegar a conocer las cosas de las que nos podemos hacer preguntas con sentido. Entonces reformulemos la pregunta con la que dimos inicio: ¿de qué materias podemos hacernos preguntas que puedan efectivamente ser respondidas en algún momento? Wittgenstein llegó a la conclusión de que tienen sentido las preguntas de las ciencias naturales; en cambio, las interrogantes de la filosofía carecen de sentido, es decir, son absurdas.<br />
<br />
En palabras de Wittgenstein: “Soy, pues, de la opinión de haber solucionado definitivamente, en lo esencial, los problemas (...) La mayor parte de las proposiciones e interrogantes que se han escrito sobre cuestiones filosóficas no son falsas sino absurdas. De ahí que no podamos dar respuesta en absoluto a interrogantes de este tipo, sino sólo constatar su condición de absurdos.”<br />
<br />
Una proposición que no puede ser formulada de manera que en algún momento sea posible decidir si es verdadera o falsa, carece de sentido.<br />
<br />
A pesar de lograr algo tan importante (disolver los problemas a los que se ha dedicado la filosofía), Wittgenstein no creía que su escrito resultara fácilmente entendible.<br />
<br />
En 1919, siendo prisionero en Monte Cassino, Wittgenstein escribió lo siguiente a Bertrand Russell:<br />
<br />
“Creo que finalmente he solucionado los problemas. Puede que esto suene arrogante, pero no puedo evitar creerlo. Acabé el libro en agosto de 1918, y dos meses después fui hecho prigioniere. Tengo el manuscrito aquí conmigo. Ojalá pudiera hacer una copia para ti; pero es bastante largo y no hay manera segura de enviártelo. De hecho no lo entenderás sin una explicación, pues está escrito con frases bastante breves. (Naturalmente, esto significa que nadie lo entenderá; aunque yo creo que todo está claro como el cristal. Pero trastoca toda nuestra teoría de la verdad, de las clases, de los números y todo lo demás.) Lo publicaré tan pronto vuelva a casa.”<br />
<br />
En el anterior pasaje notamos tanto su convencimiento de dar respuesta definitiva a los tradicionales problemas de la filosofía como su temor a no ser comprendido.<br />
<br />
Posteriormente Wittgenstein y Russell pudieron intercambiar escritos filosóficos. “Introducción a la filosofía matemática” fue el libro que Russell envió a Wittgenstein, lo cual movió a este último a escribirle al primero:<br />
<br />
“En suma, ahora temo que me sea muy difícil llegar a algún entendimiento contigo. Y la pequeña esperanza que me quedaba de que mi manuscrito pudiera significar algo para ti se ha desvanecido completamente... Ahora más que nunca ardo en deseos de verlo impreso. ¡Es mortificante arrastrar la obra ya finalizada de un lado a otro, en cautividad, y ver cuánto absurdo tiene campo libre ahí afuera! ¡Y es mortificante pensar que nadie la entenderá aun cuando se imprima!”<br />
<br />
Bertrand Russell no había podido entender parte del anterior trabajo de Wittgenstein, pero estaba dispuesto a estudiar para llegar a la comprensión. “No te desanimes, al final serás comprendido.”, le escribió Russell.<br />
<br />
Fueron tres copias las que Wittgenstein distribuyó. Una para Russell, otra para Paul Engelmann, y una más para Gottlob Frege. Hay quienes piensan que la respuesta que más le interesaba era la de Frege. Wittgenstein ve confirmados sus temores una vez que lee la carta de Frege.<br />
<br />
Frege se había tardado en escribir (y se disculpa por ello), pero le informa que como no ha podido dedicarle más tiempo al texto, no puede ofrecerle un juicio bien fundamentado. Frege dedica casi toda su carta a cuestionarle a Wittgenstein su uso del lenguaje:<br />
<br />
“Justo al principio me encuentro con la expresión ‘es el caso’ y ‘hecho’, y sospecho que <i>es el caso</i> y <i>es un hecho</i> son lo mismo. El mundo es todo lo que es el caso y el mundo es un conjunto de hechos. ¿No es todo hecho el caso y no es lo que es el caso un hecho? ¿No es lo mismo si yo digo A es un hecho que si digo A es el caso? ¿Por qué entonces esa doble expresión?... Ahora viene una tercera expresión: ‘Lo que es el caso, un hecho, es el darse efectivo de un <i>Sachverhalt</i>’. Tomo esto para significar que cada hecho es la existencia de un <i>Sachverhalt</i>, de modo que otro hecho es la existencia de otro <i>Sachaverhalt</i>. ¿No podríamos eliminar las palabras ‘el darse efectivo de’ y decir ‘Todo hecho es un <i>Sachverhalt</i> distinto.’ ¿No podría uno quizá decir ‘Todo <i>Sachverhalt</i> es la existencia de un hecho’?”<br />
<br />
Frege no había podido avanzar mucho en la obra, debido a sus dudas acerca del significado de términos como <i>Tatsache</i>, <i>Sachverhalt</i> y <i>Sachlage</i>. Frege le pedía ejemplos. De hecho, Frege le sugirió a Wittgenstein que modificara su texto, que en lugar de comenzar con una escueta afirmación que no se fundamentaba en nada, comenzara planteando las preguntas de las que se ocupaba (Wittgenstein no hizo caso de tal sugerencia).<br />
<br />
“No comprende una sola palabra de mi obra, y estoy completamente agotado de darle lo que son pura y simplemente explicaciones.” escribió Wittgenstein sobre Frege. El filósofo-místico tenía puestas todas sus esperanzas en Russell, a quien le escribió que deseaba explicarle su trabajo, “¡porque es MUY duro que ni un alma te comprenda!”<br />
<br />
Lo anterior sucedía antes de que la obra se publicara... Una vez que el Tractatus se publicó, las cosas no fueron tan distintas.<br />
<br />
Los integrantes del Círculo de Viena no entendieron del todo el Tractatus. Habían pensado que Wittgenstein era tan antimetafísico como ellos. Sobre esto Rudolph Carnap expresó:<br />
<br />
“Anteriormente cuando leímos el libro de Wittgenstein en el Círculo, yo había creído erróneamente que su actitud hacia la metafísica era similar a la nuestra. No había prestado atención a las afirmaciones sobre la mística que hay en el libro, porque sus sentimientos y pensamientos en ese campo eran demasiado divergentes de los míos. Sólo el contacto personal con él me ayudó a ver más claramente su actitud en este punto.”<br />
<br />
Ray Monk escribe:<br />
<br />
“Para los positivistas, la claridad iba de la mano del método científico, y, para Carnap en particular, era un duro golpe darse cuenta de que el autor del libro que ellos veían como el paradigma de la precisión y la claridad filosófica era tan decididamente acientífico tanto en su temperamento como en su método.”<br />
<br />
Para finalizar esta parte, sólo mencionaremos que Carnap comparaba a Wittgenstein con un artista que no aceptaba las críticas, es decir, Wittgenstein estaba poco dispuesto a discutir para aclarar las ideas:<br />
<br />
“Su punto de vista y su actitud hacia la gente y los problemas, incluso hacia los problemas teóricos, era más parecida a los de un artista creativo que a los de un científico; y podría decirse que parecida a los de un profeta religioso o vidente (...) no toleraba el examen crítico por parte de los demás, una vez la intuición había sido alcanzada por un acto de inspiración.”<br />
<br />
<br />
<b>Ética y estética en la obra de Wittgenstein </b><br />
<br />
Algunas de las preguntas que podemos hacernos en cuanto al trabajo arquitectónico de Wittgenstein son: ¿en qué momento de su vida llevó a cabo esta actividad?, ¿puede verse la construcción de esta casa como un mero pasatiempo o como un divertimento?, ¿cómo se relaciona su trabajo arquitectónico con su Tractatus?, ¿qué arquitectos influyeron en Wittgenstein?, ¿influyó el filósofo-místico en arquitectos de su tiempo o en arquitectos de otras épocas?<br />
<br />
Es el segundo capítulo de El arte de lo indecible el que se ocupa de la arquitectura.<br />
<br />
El autor comienza examinando la relación entre la filosofía y la arquitectura. Por un lado se analiza el término <i>filosofía de la arquitectura</i> y, por otro, la metáfora de la <i>arquitectura filosófica</i>. La filosofía de la arquitectura se refiere a los aspectos filosóficos, éticos (morales), estéticos (artísticos) y científicos que confluyen en la arquitectura. La arquitectura filosófica es la metáfora de la construcción conceptual; es decir, se ve a la filosofía como un edificio, y a su desarrollo como una labor arquitectónica.<br />
<br />
Ludwig Wittgenstein realiza dos construcciones: su cabaña en Noruega y la casa para su hermana Gretl.<br />
<br />
Es a partir de la década de los ochenta del pasado siglo que ha crecido el interés por estudiar la construcción de la casa para Gretl, esta construcción ha sido valorada de distintas maneras en diferentes épocas; resulta interesante notar que el propio Wittgenstein decía que la casa no sería comprendida en el futuro. Sobre el Tractatus, el filósofo afirmaba que sólo podría comprenderlo quien previamente hubiera tenido pensamientos similares, de igual forma, la casa sólo podría comprenderla quien poseyera un espíritu afín al de su diseñador. ¿Por qué aquella “mansión de dioses” resultaría ininteligible en el futuro? Porque con esa mansión, el filósofo estaba respondiendo al momento que le tocó vivir. En palabras de Wittgenstein: “Ahora estamos combatiendo una tendencia, pero esta tendencia morirá, sobrepasada por otras, y entonces, el modo como estamos argumentando contra ella, no será entendido nunca más; la gente no verá la necesidad de por qué se argumentó de este modo.”<br />
<br />
Examinemos la primera pregunta que planteamos en esta tercera parte. ¿En qué momento de su vida construye Wittgenstein la casa de Viena? Ya mencionábamos algo al respecto, veamos lo que explica Alonso Puelles:<br />
<br />
“Wittgenstein comenzó su andadura como filósofo-arquitecto en un momento crucial en su vida: ha atravesado una guerra, ha intentado publicar su obra filosófica principal (el Tractatus Logico Philosophicus) que ha recibido reiteradas negativas de amigos y editores y ha fracasado en su proyecto de maestro rural. Además, aunque Wittgenstein continúa teniendo algunos contactos con filósofos del Círculo de Viena, ha decidido abandonar la filosofía académica. Su hermana Margarethe le ofrece la posibilidad de intervenir en el proyecto de su casa como una forma de distracción, como una tarea alternativa para aliviar sus sufrimientos.”<br />
<br />
¿Fue entonces un simple pasatiempo su trabajo arquitectónico? El mismo Alonso Puelles expresa: “No es exagerado afirmar que esa dedicación casi exclusiva al proyecto de su hermana es una prolongación de su tarea intelectual y no un mero divertimento (...) la casa glosa o explica de otro modo lo que ya está presente en el Tractatus.”<br />
<br />
¿Cómo se relaciona su trabajo arquitectónico con su trabajo filosófico? Podemos comenzar apuntando que el filósofo fue tan cuidadoso y obsesivo con su obra filosófica que con su trabajo arquitectónico (por ejemplo, terminar las Investigaciones Filosóficas le llevó años, pues constantemente corregía lo escrito). Sobre su obsesión en la construcción de su casa, Puelles explica:<br />
<br />
“se trata de un filósofo que hace los planos de su propia casa, que la diseña completamente (incluidos tiradores, picaportes, radiadores) y asiste a la construcción, vigilando todos y cada uno de los pasos de los operarios, rectificando los más mínimos desvíos o errores de su proyecto, aun a costa de repetir tareas sumamente dificultosas y rehacer trabajos casi en la fecha de inauguración. Su hermana Hermine relata anécdotas ocurridas durante la construcción que muestra una desmedida atención, rayando incluso lo obsesivo. Nada de lo que se hizo ocurrió por azar: tiempo y dinero estuvieron al servicio exclusivo de la concepción artística que Wittgenstein tenía en mente.” El filósofo llegó a agotar la paciencia de los ingenieros.<br />
<br />
Pero ¿qué hay sobre la estructura del Tractatus y la estructura de la casa? Ambas comparten rigor formal, estética, austeridad y pureza. “Nada de lo que aparece escrito sobra, las ideas se presentan como proposiciones casi desnudas, sin apenas párrafos. En una perfecta correlación, no existe prácticamente ningún adorno en la casa, sólo los elementos estructurales desnudos.” Más adelante, sobre la casa expresa (y entendemos más claramente las palabras de Hermine): “Wittgenstein no busca en ningún caso la comodidad de los habitantes y a tal efecto prohíbe expresamente la utilización de alfombras, lámparas o cortinas. En un principio diseñó él mismo pantallas de las lámparas, pero las desechó de inmediato para dejar la bombilla desnuda como única fuente de luz. La disposición de las fuentes de luz se resuelve de forma sencilla: en habitaciones cuadradas en el centro y en habitaciones rectangulares en el eje más largo. Tiradores, picaportes y cerraduras, diseño igualmente propio, sufren un riguroso proceso de simplificación que convierte el objeto casi en un esquema, fruto de una actividad intensa de estricta racionalidad.”<br />
<br />
¿Es entonces la casa una manifestación estética del Tractatus? Es posible verlo así. Ambas obras son austeras y puras; tienen una estructura sin ornamentos. Aquí notamos otra característica que comparten: su concepción ética. Eliminar lo superficial conduce –según Wittgenstein- a la autenticidad; la simplicidad y la exactitud ayudan a que la gente sea mejor. En palabras de Alonso Puelles: “La casa es la expresión de una forma de vida donde lo bueno y bello equivalen a lo exacto y puro. Lo superfluo y el adorno se desdeñan. Tanto el Tractatus como la casa de Viena unen tres factores diferentes: la bondad moral, la belleza y el deseo de orden, porque lo estético no es sino otro punto de vista para tratar lo mismo que considera la ética, que a su vez se manifiesta en el orden y la claridad.”<br />
<br />
Por último, mencionemos que tanto el Tractatus como la casa tienen influencias identificables, pero también son obras únicas. El Tractatus tiene como antecesores a Gotlob Frege y a Bertrand Russell, pero es una obra original; de igual forma, la casa tiene influencias de arquitectos como Adolf Loos (quien despreciaba la ornamentación), pero se trata de un trabajo original.<br />
<br />
<br />
<b>Un filósofo eremita </b><br />
<br />
La segunda parte del capítulo la dedica Alonso Puelles a la cabaña de Wittgenstein.<br />
<br />
El autor explica el lugar que tiene dentro de la arquitectura la construcción de cabañas (sobre este punto no abundaremos). No ha habido gran interés en realizar estudios sobre la construcción de la cabaña, la atención se ha centrado más bien en los retiros que solía hacer Wittgenstein.<br />
<br />
A lo largo de su vida Wittgenstein buscó retirarse de lo mundano. Brian McGuinnes lo resume de la siguiente manera: “se percibe un patrón en la vida misma de Wittgenstein: salida de su casa para Linz (tan al oeste como era posible); salida para Berlín, aparentemente cuando se le hacían exigencias demasiado grandes; más tarde dejaría a su familia por razones dentro de sí mismo, yendo a casa de huéspedes, o a trabajar como jardinero o a una oscura aldea; habría otra emigración a Noruega; durante la guerra dejaría un trabajo en Newcastle, no para volver a Cambridge, sino para vivir en un relativo aislamiento en Swansea; hacia el final de su vida renunciaría a su cátedra y buscaría sitios más y más remotos en Irlanda (...) Podemos estar seguros de que demasiada intimidad era un estorbo para trabajar, pero quizá también fuera importante que el trabajo pudiera sobrevivir como obstáculo frente a un exceso de intimidad.”<br />
<br />
¿Por qué el filósofo se apartaba del ambiente académico, de sus amigos y de sus colegas?<br />
<br />
Wittgenstein se alejaba de aquellas cosas que pudieran distraerlo de su trabajo filosófico (aunque no buscaba apartarse por completo de sus colegas, en ocasiones les pedía que acudieran a visitarlo en sus lugares de retiro para discutir asuntos filosóficos). Pero también hay aspectos éticos y religiosos en esos retiros.<br />
<br />
Wittgesntein no creía que pudiera llevar una vida decente entre “filósofos académicos”. Detestaba la “filosofía profesional”, pues para él, la filosofía era una forma de vida (tema que merece examinarse detalladamente).<br />
<br />
Dos influencias en la vida de Wittgenstein fueron Otto Weininger y León Tolstói. En sus retiros están presentes estas dos influencias:<br />
<br />
Para Weininger genialidad y soledad son un deber moral. Tolstói se retira para buscar la paz espiritual y la moralidad; Alonso Puelles escribe: “En cierto sentido la renuncia de Wittgenstein es comparable a la de los antiguos cristianos que buscan la perfección espiritual. Esa perfección que exige un tipo de vida determinado, donde nada pueda distraer de la misión espiritual o intelectual guarda fuertes semejanzas con la larga tradición cristiana del eremitismo. Pues <i>la cabaña no puede recibir ninguna riqueza del mundo. Tiene una felicidad intensa de pobreza. La cabaña es una gloria de pobreza. De despojo en despojo, nos da acceso a lo absoluto del refugio</i>. De este modo define Bachelard la cabaña eremítica, a la que considera también la esencia del verbo habitar porque en ella se expresa de manera pura el acto primordial de morar.”<br />
<br />
El autor menciona varios ejemplos de pensadores que se “retiraban del mundo” para purificarse y encontrar la paz o la tranquilidad de ánimo. Cosas que Wittgenstein buscaba.<br />
<br />
Pero ¿entendió Wittgenstein su cabaña como una construcción arquitectónica? La respuesta puede estar en estas palabras del filósofo: “La arquitectura es un gesto. No todo movimiento del cuerpo humano es un gesto, como tampoco cualquier edificio adecuado es arquitectura. Del mismo modo que no todo movimiento en un cuerpo significa expresión, tampoco toda construcción significa arquitectura.”<br />
<br />
Al final del capítulo Alonso Puelles escribe sobre la arquitectura actual y la revaloración de la ética presente en la arquitectura de la Viena de Wittgenstein: recuperar un arquitecto que no sirva para el lucimiento de los poderes públicos o para satisfacer los delirios de grandeza de ciertos políticos e instituciones y una arquitectura que se haga preguntas filosóficas, teológicas, morales y éticas; no hacer esas preguntas “supone una falta de reflexión inaceptable.”<br />
<br />
<br />
<b>Rompiendo los votos de silencio</b><br />
<br />
Wittgenstein con su Tractatus ya había resuelto todos los problemas de la filosofía, nada más tenía que agregar... De ahí que abandonara la filosofía y se hiciera maestro de escuela elemental.<br />
<br />
L. E. J. Brouwer viaja a Viena y da una conferencia titulada “Matemáticas, ciencia y lenguaje”. Después de la conferencia Wittgenstein, Friedrich Waismann y Herbert Feigl deciden tomar un café. Feigl comenta: “fue fascinante contemplar el cambio experimentado por Wittgenstein esa noche... esa velada marcó el retorno de Wittgenstein hacia el enorme interés que había sentido anteriormente por la actividad filosófica” Ray Monk escribe: “Puede que la conferencia de Brouwer no convenciera a Wittgenstein de que el Tractatus era un error, pero pudo haberle llevado a pensar que, después de todo, su libro no era la última palabra sobre el tema. De hecho, <b>quizá había algo más que decir</b>.<br />
<br />
En 1929, Wittgenstein rompe el silencio: regresa a Cambridge (había salido en 1913). Hubo algunos problemas. Jullian Bell (estudiante) escribió lo siguiente en la revista estudiantil <i>The Venture</i>:<br />
<br />
Wittgenstein <b>rompe sus reglas</b>:<br />
<br />
Pues él dice absurdos, numerosas afirmaciones hace<br />
Siempre <b>su voto de silencio rompe</b><br />
De ética y estética <b>habla noche y día</b>,<br />
Y de las cosas dice si son buenas o malas, erróneas o acertadas<br />
<br />
Domina todas las conversaciones<br />
...¿quién, en cualquier materia, ha visto alguna vez<br />
a Ludwig abstenerse de dar cátedra?<br />
En todas las reuniones nos calla a gritos.<br />
Y detiene nuestra frase tartamudeando la suya;<br />
discute sin cesar, áspero, airado y con voz sonora,<br />
seguro de que tiene razón, y de su rectitud orgulloso,<br />
tales defectos son comunes, compartidos por todos en parte,<br />
pero Wittgenstein pontifica sobre el Arte.<br />
<br />
<br />
REFERENCIAS<br />
<br />
James, William. “Las variedades de la experiencia religiosa”. Ediciones Península. Barcelona. 1986.<br />
<br />
Jareño, Joaquín. “Religión y relativismo en Wittgenstein”. Ariel.<br />
<br />
McGuiness, Brian. “Wittgenstein. el joven Ludwig”. Alianza Universidad.<br />
<br />
Sádaba, Javier. “Lenguaje, magia y metafísica (El otro Wittgenstein)”. Librerías Prodhufi. Madrid. 1992.<br />
<br />
Warren, William. “Wittgenstein”. Teorema. Madrid.<br />
<br />
Wittgenstein, Ludwig. “Diarios secretos”. Alianza Editorial.<br />
<br />
Wittgenstein, Ludwig. “Tractatus Logico-Philosophicus”. Alianza Editorial. Madrid. 1994.<br />
<br />
Xirau, Ramón. “Antología de Ramón Xirau”. Editorial Diana. México. 1989.<br />
<br />
Vargas Lozano, Gabriel. “Esbozo de la filosofía en México (Siglo XX) y otros ensayos”. Ed. Conarte-Facultad de Filosofía y Letras de la UANL. Monterrey. 2005.<br />
<br />
Brand, Greg. “Los textos fundamentales de Ludwig Wittgenstein”. Alianza Universidad. Madrid. 1981.<br />
<br />
Monk, Ray. “Ludwig Wittgenstein. El deber de un genio”. Editorial Anagrama. España. 2002.<br />
<br />
Bertrand, Russell. “Por qué no soy cristiano”. Editorial Hermes. México. 1996.<br />
<br />
Bertrand, Russell. “La conquista de la felicidad”. Random House Mondadori. México. 2006.<br />
<br />
Varios autores. “Del espejo a las herramientas. Ensayos sobre el pensamiento de Wittgenstein”. Universidad Nacional de Colombia, Pontificia Universidad Javeriana y Siglo del Hombre Editores. 2003.<br />
<br />
Puelles Andoni, Alonso. “El arte de lo indecible (Wittgenstein y las vanguardias)”. Universidad de Extremadura. España. 2002.<br />
<br />
Warren, William. “Wittgenstein”. Ediciones Cátedra. Colección Teorema. Madrid.<br />
<br />
Ramón, Xirau. “Introducción a la historia de la filosofía”. UNAM. Coordinación de Humanidades. 2003.<br />
<br />
Rhees, Rush (Compilador). “Recuerdos de Wittgenstein”. Fondo de cultura económica. México. 1989.<br />
<br />
Allan, Janik. "La Viena de Wittgenstein". Taurus. España. 1974.<br />
<br />
Kenny, Anthony. “El legado de Wittgenstein”. Siglo Veintiuno editores. México. 1990.<br />
<br />
Ayer, J. A. “El positivismo lógico”. Siglo XXI.<br />
<br />
Tolstói, Lev. “Confesión”. Acantilado. Barcelona 2008.<br />
<br />
Gillès, Daniel. “Tolstoi”. Editorial Juventud. España. 1963.<br />
<br />
Leo, Tolstoy. “The Gospel in Brief. The life of Jesus”. Harper Perennial. USA. 2011.<br />
<br />
<br />
En internet:<br />
<br />
Vicente, Sanfélix Vidarte. "Un alma enferma. La experiencia religiosa de Wittgenstein a la luz de Las variedades de la experiencia religiosa de William James"<br />
<br />
http://dianoia.filosoficas.unam.mx/info/2007/dia59.html
Martín Fragosohttp://www.blogger.com/profile/12503164160147312504noreply@blogger.com0